Un millonario que lleva 25 años viviendo de crucero en crucero revela que ha perdido sus "piernas terrestres"
Hace dos décadas y media se dio cuenta de lo que quería y desde entonces basa su vida en los crceros
Crucero / Walter Bibikow
A las costas de España se suelen arrimar varios cruceros con paradas programadas, incluso se dan pasos para que comiencen a hacerlo en más puntos, como es el caso de Lanzarote, donde se trabaja para la comercialización del puerto de Playa Blanca como destino para la llegada de cruceros medianos o tipo boutique. Así, este se uniría a otros que están repartidos por nuestros puntos turísticos más potentes, los cuales reciben miles de cruceristas al año.
Y es que una de las opciones turísticas más aclamadas es la de los cruceros. Quien más y quien menos ha escuchado en su entorno de alguien a quien le encantaría hacer un viaje así o que ya lo ha hecho, contando las historias que tuvo en sus cubiertas enormes o los puertos que visitó en una experiencia de varios días que saca del estrés y la realidad de la rutina diaria, aunque hay personas que su sitio habitual es precisamente estos buques, y no necesariamente hablamos de la tripulación.
Mario Salcedo es un empresario del sector de las finanzas que hace 25 años decidió que pasaría montado en cruceros todo el tiempo que pudiera, convirtiendo su vida a modo vacacional de manera permanente. El millonario, que nunca ha tenido intención de formar una familia, se dio cuenta que su existencia se limitaba a trabajar, así que quiso dale una vuelta de tuerca y que el disfrute entrara de lleno en ella, embarcándose en un crucero tras otro y vivir constantemente en ellos, como manifestó a The New York Times en 2019.
Así que cerró su apartamento de Miami y se hizo un viajero habitual de la compañía Royal Caribbean, tanto es así que la empresa y la tripulación ya lo conocen y le apodan 'Super Mario', dejándole siempre una mesa reservada para que trabaje durante unas horas en remoto y socializando con él de manera cercana. Porque Salcedo manifiesta que él no tiene vacaciones: "La gente viene aquí para pasar unas vacaciones. Yo no, yo estoy aquí para vivir mi vida". A lo largo de este recorrido, se ha montado en 1.154 cruceros y afirma invertir entre 70.000 y 100.000 dólares anuales para costear los viajes.
Consecuencias de su decisión
'Super Mario' ha llamado la atención de algunos medios de comunicación a lo largo del mundo y ha concedido varias entrevistas, como la que dio a Condé Nast Traveler en 2016, en la que explicó que, como en su camarote no hace "más que ducharme, vestirme y dormir", siempre suele pedirlo sin ventanas, pasando todo su tiempo recorriendo el barco, hablando con los fugaces viajeros que hay por allí, haciendo alguna de las actividades programadas o trabajando. Pero para tener esa libertad y todo a su disposición, necesita planificación.
Como quiere evitar tener que estar cambiando constantemente de camarote o perder ciertos 'privilegios' de llevar mucho tiempo por allí, enlaza un viaje tras otro llevando una planificación de 150 reservas anticipadas, así no tiene que preocuparse más que por adelantar las futuras. Pero no todo es tan bonito y hay cosas que no pudo prever, porque para él se ha convertido en un dolor de cabeza llegar a puerto, puesto que tras dos décadas y media en las que ha estado prácticamente subido en barcos, ha desarrollado un trastorno llamado enfermedad del desembarque.
La viajera empedernida: Temporada de cruceros
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Con la adaptación a los movimientos que hace el mar a sus cruceros, el sistema vestibular de su oído se ha visto afectado y ahora tiene la sensación de estar en movimiento constantemente, por lo que cuando pone pie en tierra parece que todo le da vueltas y llega hasta a marearse, explican en Xataka Brasil. Este problema se suele conocer como 'piernas de tierra', que tiene todo el mundo durante un par de días tras ir en barco, pero suele volverse crónico para las personas que pasan mucho tiempo en alta mar, y Mario lo padece de esta forma.
"He perdido mis piernas terrestres. Me balanceo tanto que no puedo caminar en línea recta. Estoy tan acostumbrado a estar en barcos que me siento más cómodo que en tierra", asegura, por lo que no suele estar en ella mucho tiempo, más allá de cuando atracan en Miami, que se acerca para ver si va todo bien en su apartamento, o si tiene alguna gestión o cita médica. Por suerte, afirma que su salud es buena a pesar de haber dicho adiós, como él dice, a sus "piernas terrestres".
