Una niña que nunca hace siesta de repente duerme como los ángeles: su madre mira la cámara de clase y echa a llorar

En la etapa preescolar, muchos niños luchan con la rutina de la siesta. Para algunos, dormir durante el día es una tarea difícil, mientras que otros lo hacen sin problemas. La historia de una madre que descubrió un cambio inesperado en el comportamiento de su hija durante la siesta en el preescolar ha generado gran interés y reflexión sobre cómo los niños manejan las expectativas y las rutinas escolares.

La madre, conocida como la señora Hoang, había estado preocupada porque su hija no tenía el hábito de dormir la siesta. A pesar de ser una niña generalmente obediente, la pequeña nunca lograba dormir durante el tiempo de descanso en la escuela. Un día, las maestras enviaron una foto al grupo de padres mostrando a todos los niños durmiendo, incluida la hija de la señora Hoang.

Intrigada y preocupada por el cambio, la señora Hoang decidió revisar las grabaciones de la cámara del aula para entender mejor lo que estaba sucediendo. Al observar las imágenes, se dio cuenta de que su hija no estaba durmiendo por estar cansada, sino que se estaba forzando a dormir para cumplir con las expectativas de las maestras y sus compañeros.

La señora Hoang compartió sus sentimientos sobre la situación, expresando que la siesta debería ser algo voluntario y natural. Si un niño tiene sueño, debería dormir, pero si no, debería tener la libertad de jugar y relajarse sin presión.

El descanso durante el día es crucial para el desarrollo físico y mental de los niños. La siesta ayuda a recuperar energía y a mejorar la concentración y el aprendizaje. Sin embargo, no todos los niños tienen la misma necesidad de dormir durante el día, y forzarlos puede ser contraproducente.

Para ayudar a los niños a dormir la siesta de manera más natural y cómoda, se pueden seguir algunos consejos prácticos:

1. Establecer una rutina: Crear un horario regular para la siesta puede ayudar a los niños a acostumbrarse a descansar a la misma hora cada día.
2. Crear un ambiente tranquilo: Reducir el ruido y la luz en el área de descanso puede facilitar que los niños se relajen y duerman.
3. No forzar la siesta: En lugar de obligar a los niños a dormir, se les puede animar a descansar y relajarse, permitiéndoles dormir si realmente lo necesitan.