Esta isla es uno de los últimos misterios de la Tierra: oficialmente prohibida desde 1956

Aún hay lugares en el mundo que son un misterio, escondiendo civilizaciones que llevan aisladas varios siglos y de las que sabemos muy poco. Uno de esos sitios es la Isla Sentinel del Norte, que está habitada, pero las personas que allí se encuentran no han tenido contacto directo con el exterior desde hace miles de años. Es su 'templo' y ni ellos quieren que vengan forasteros ni las autoridades de la India permiten que se acerque nadie allí.

Además de por el recibimiento hostil que tendrá cualquiera que se atreva a intentar poner un pie allí, habiéndose registrado alguna que otra muerte de quien ha osado hacerlo, este aislamiento prolongado se puso en marcha para la protección de los sentineleses, que "no han estado expuestos a muchos patógenos comunes en el mundo exterior. Su sistema inmunitario no está preparado para estas enfermedades, lo que los hace muy vulnerables a las enfermedades que los forasteros podrían introducir inadvertidamente", explican en Forbes.

El gobierno de la India impuso el Reglamento de las Islas Andamán y Nicobar (Protección de las Tribus Aborígenes) de 1956, por el cual están prohibidos los viajes a la Isla Sentinel del Norte y cualquier aproximación a menos de cinco millas náuticas. En Forbes recogen algunas de las razones de esta ley, además de por la preservación de la salud de los habitantes de allí:

• Preservación del patrimonio cultural y los estilos de vida tradicionales. La normativa protege a las tribus de influencias externas que podrían perturbar su forma de vida centenaria, garantizando la preservación de sus costumbres, lenguas y tradiciones.
• Prevenir la explotación y la invasión. Los forasteros podrían explotar a las tribus con fines turísticos, de investigación o de extracción de recursos. La ley prohíbe la apropiación de tierras, el contacto forzado y el acceso no autorizado para proteger su autonomía.
• Prohibición de actividades ilegales y vigilancia no deseada. La regulación previene la caza furtiva, la trata de personas, la filmación no autorizada y la explotación de estas tribus, reforzando estrictas protecciones legales y sanciones para los infractores.

Datos escasos sobre Sentinel del Norte

La Isla Sentinel del Norte es una pequeña masa de tierra boscosa en la Bahía de Bengala que tiene una extensión de unos 60 kilómetros cuadrados, cubierta de selva tropical y sin rastros visibles de agricultura, asentamientos grandes ni infraestructuras modernas. Se cree que sus habitantes descienden directamente de las primeras poblaciones humanas que surgieron de África, las cuales se fueron asentando en diferentes lugares del mundo, pero con las particularidades de su ecosistema basado en el aislamiento, se considera que estos han tenido una trayectoria evolutiva única.

Lo poco que se conoce de los sentineleses es gracias antropólogo indio Triloknath Pandit, que comenzó algunos intentos de expedición a la Isla Sentinel del Norte en 1967 para intentar conocer más sobre el lugar y sus personas. Este, acompañado de su equipo, fue acercándose poco a poco durante décadas llevando ofrendas para ganarse la confianza de los habitantes, pero estos reaccionaban de forma impredecible, con momentos de aceptación y otras de ataque.

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Según relató el propio Pandit a BBC hace unos años, el 4 de enero de 1991 ocurrió algo inesperado cuando algunos sentineleses fueron a su encuentro desarmados, adentrándose en el agua en busca de los obsequios en forma de fruta, sin embargo, cuando el antropólogo se acercó vivió un momento tenso que le hizo marcharse inmediatamente: "Un joven sentinel hizo una mueca graciosa, tomó su cuchillo y me indicó que me cortaría la cabeza. Inmediatamente pedí el bote y me retiré rápidamente".

"El gesto del joven es significativo. Me dejó claro que no era bienvenido", explicó Pandit, que a pesar de ello logró conocer algunas cosas sobre esta población, como su apariencia, las herramientas que usan y algunos detalles de su comportamiento, observaciones que después fueron documentadas en informes del Servicio Antropológico. Sin embargo, según apunta Forbes, su lengua no está clasificada, sus costumbres son un misterio y su forma de vida se ha mantenido prácticamente inalterada durante miles de años.