Pierde a su querido perro y se teme lo peor: 8 años después un mensaje aleatorio consigue lo imposible
Una historia absolutamente increíble digna de película con un final inesperado

Un pinscher miniatura / IMAGINESTOCK

Hace ocho años, Paul Guilbeaut estaba preparando su mudanza. Iba a cambiar su lugar de residencia de Haverhill (Massachusetts) a Mesa (Arizona), así que tenía un viaje de más de 4.274 kilómetros para hacer su cambio de vida. Y vaya que si cambió. Durante el trayecto le acompañaron su padre y un amigo que le ayudarían a instalarse, además, iba junto a su perro Damian, un dóberman pinscher miniatura, con quien tenía un gran vínculo. Todo dio un vuelco para ellos.
En una parada en Oklahoma City, decidió dar un paseo con su amigo peludo para que estirara las patas, con la mala suerte de que se soltó la correa y este salió a correr. Paul no pudo alcanzarlo, así que fue en busca de sus acompañantes para intentar encontrarlo. "Seguimos buscando a Damian hasta la 1 de la madrugada, cuando mi padre dijo que debíamos dar por finalizada la noche y salir de nuevo por la mañana", comenta el protagonista en declaraciones recogidas por Express.
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"Buscamos durante ocho días y tuvimos que prolongar nuestra estancia en el hotel y el alquiler de nuestro camión", gastaron varios miles de dólares, pero el rastreo no fructificó y llegó el doloroso momento de la resignación. Tenía que seguir con su mudanza a Arizona debido a los grandes costos que estaba teniendo, dejando la búsqueda a un lado. Todos convenían en que no lo encontraría más, que seguramente ya estaría con otra familia o, por desgracia, habría fallecido, pero Guilbeaut no quería desistir.
Durante bastante tiempo publicó infinidad de mensajes en grupos de Facebook y repartió folletos con la esperanza de que alguien hubiera visto a su perro, pero nada daba resultado. Con el paso del tiempo se desvaneció la idea de poder encontrarlo y tuvo que aceptar que se había ido de su lado. Así lo hizo, con todo el dolor de su corazón, pero cuando estaba todo interiorizado pasó algo inesperado que es digno de cualquier película lacrimógena... casi una década después.
Una llamada de esperanza
El 15 de enero de 2025, Paul estaba viajando a California para una acción benéfica donde donaría algo de ropa a las víctimas de un incendio. Estaba conduciendo y su móvil no paraba de sonar, así que no contestó a ninguna de las llamadas, pero luego recibió un mensaje extraño que incluso creyó que era una estafa. "Recibí un mensaje del American Kennel Club diciendo que habían encontrado a Damian", aunque era bastante escéptico hasta que su pareja llamó al refugio y confirmaron que era real.
Al parecer, justo antes de Año Nuevo, una mujer llamada Donna Bentley casi atropella a un perro, por lo que paró y se dio cuenta que estaba abandonado. Decidió llamar a su hermano y lo llevaron al veterinario, donde le hicieron un escaneo y descubrieron que tenía microchip, el cual descubrió que se trataba de Damian y reveló los datos de contacto de Paul. Una vez le dieron la noticia, no dudó un instante y se embarcó en un nuevo viaje en coche, este de 13 horas, para reencontrarse con su viejo amigo. Y nada había cambiado entre ellos tras ocho años de separación.
La emoción brotaba por todos lados, como manifestó Guilbeaut. "Durante años busqué y esperé encontrar a Damian, pero después de unos años la búsqueda se desvaneció. Me enfrenté a la realidad de que estaba muerto o había sido encontrado por otra persona. Realmente me gustaría saber qué le había pasado durante todos esos años", y ahora, por fin, pueden volver a vivir juntos. "No sabía cómo sentirme aparte de con una alegría y una felicidad abrumadoras", recalcando que "desde que nos reencontramos no hemos perdido el ritmo, fue tan surrealista verlo".
"Se siente como si nunca nos hubiéramos separado. Damian ya es mayor, así que al principio tuvimos que ir con calma. Ha sido un sueño, tan tranquilo como cuando era pequeño, y le encanta acurrucarse. Siempre que salgo de la habitación, me sigue; no quiere perderme de vista", explica un Paul Guilbeaut que ha vivido uno de esos momentos milagrosos que todos creemos que solo se ven en las típicas películas navideñas donde todos los sueños se cumplen, pero, por suerte, en la vida real nos encontramos con que, a veces, estos también pueden hacerse realidad.




