Un psicopedagogo revela la técnica del gato para que un hijo adolescente se abra a sus padres
La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de los jóvenes

Un niño y una niña. / Sean Gallup

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de los jóvenes, llena de cambios físicos, emocionales y sociales. Para los padres, esta fase puede ser especialmente desafiante, ya que deben encontrar el equilibrio entre establecer límites y permitir la independencia de sus hijos. En este contexto, surgen diversas estrategias educativas que buscan facilitar la comunicación y el respeto mutuo. Entre ellas, destacan la "técnica del gato" y el "silencio activo", propuestas por expertos en pedagogía como Daniele Novara.
La "técnica del gato" es una metáfora utilizada para describir una estrategia educativa que se basa en la observación y la intervención sutil. Inspirada en el comportamiento de los gatos, que son conocidos por su paciencia y su capacidad para esperar el momento adecuado para actuar, esta técnica sugiere que los padres deben aprender a observar a sus hijos adolescentes con atención, sin intervenir de inmediato.
La idea es permitir que los adolescentes experimenten y aprendan de sus propios errores, interviniendo solo cuando sea absolutamente necesario. Esta estrategia ayuda a los jóvenes a desarrollar su autonomía y a sentirse responsables de sus acciones. Además, fomenta un ambiente de confianza, donde los adolescentes saben que pueden contar con el apoyo de sus padres sin sentirse constantemente vigilados.
Por otro lado, el "silencio activo" es una técnica que propone el uso del silencio como herramienta de comunicación. A diferencia del silencio punitivo, que puede ser percibido como una forma de castigo, el "silencio activo" se utiliza para crear un espacio de reflexión tanto para los padres como para los hijos.
Cuando un adolescente se comporta de manera irrespetuosa o agresiva, los padres pueden optar por el "silencio activo" en lugar de responder con gritos o castigos. Este silencio no implica ignorar al joven, sino más bien suspender temporalmente la comunicación verbal para permitir que ambas partes reflexionen sobre la situación. Esta pausa estratégica puede ayudar a desescalar el conflicto y a promover una comunicación más efectiva y respetuosa.




