Si ves una bolsa de plástico en un árbol, alejáte: indica un peligro cercano
Este fenómeno ha sido observado principalmente en Europa

Bosque de la Comunitat Valenciana en una imagen de archivo. / GVA

En los últimos meses, ha surgido una advertencia inusual en parques y áreas forestales: bolsas de plástico atadas a los troncos de los árboles. Aunque a primera vista pueden parecer basura descuidada, estas bolsas en realidad señalan la presencia de un peligro biológico cercano.
Este fenómeno ha sido observado principalmente en Europa, donde las autoridades han comenzado a utilizar estas bolsas como una forma de advertencia visual para los visitantes.
El peligro en cuestión son las orugas procesionarias, específicamente las especies de pino y roble. Estas orugas, conocidas por moverse en largas filas ordenadas, representan una amenaza significativa para la salud humana y animal debido a sus diminutos pelos urticantes. Estos pelos se desprenden fácilmente y flotan en el aire, causando una variedad de problemas de salud, desde erupciones cutáneas y irritación ocular hasta dificultades respiratorias y, en casos raros, choque anafiláctico.
Las bolsas de plástico atadas a los árboles no son colocadas al azar. Son trampas ecológicas diseñadas para interceptar a las orugas mientras descienden del dosel del árbol hacia el suelo, donde buscan enterrarse y convertirse en polillas. Estas trampas consisten en una bolsa de plástico, un embudo y un contenedor, y sirven tanto para capturar a las orugas como para alertar a las personas sobre su presencia.
Si ve este tipo de bolsas atadas en un árbol, mantenga una distancia segura e informa de inmediato a las autoridades locales. Asegúrate de mantener a los niños y las mascotas alejados para evitar cualquier riesgo. No intentes retirar ni quemar el nido por tu cuenta, ya que los pelos urticantes pueden permanecer activos en el aire y en las superficies durante un largo período.




