Desvelan la razón por la que una mujer de la Generación Z se niega a cuidar a los hijos de su hermana
Una historia con muchas connotaciones culturales y sociales instauradas
Ilustración sobre una mujer que no presta atención a unos niños / Malte Mueller
Hace poco, en SER Madrid Norte hablaban sobre un tema que muchas veces nos pone en una encrucijada a los seres humanos en cuanto a nuestras relaciones sociales y familiares. Seguro que has vivido la situación en la que te han pedido que hagas algo y, a pesar de que no te apetecía nada, has terminado accediendo. Así, en 'Espacio de Comunicación' de Hoy por Hoy abordaron el asunto de aprender a decir "no", algo que tiene instauradas connotaciones negativas cuando no las debería tener.
¿Por qué nos cuesta tanto poner límites? Se preguntaban en el programa, dando la respuesta de que muchas veces confundimos ser amables con ser complacientes por las enseñanzas que hemos recibido en las que se nos ha hecho creer que decir "no" es egoísta, pero los expertos aseguran que en realidad es una herramienta necesaria para cuidar de nosotros mismos. Por esa propia interiorización de lo inculcado, al principio nos podemos sentir culpables al dar una respuesta negativa, pero a la larga es un acto que nos aportará libertad.
Así, como caso práctico, podemos encontrar la historia de una usuaria de Reddit que expuso cómo tuvo que hacer esto con su hermana. La chica tiene 24 años y está "trabajando a tiempo completo y a la vez tomando clases nocturnas", por lo que asegura que su agenda "está a reventar", pero igualmente siempre ha sacado tiempo para echarle un cable a su hermana cuidando de sus sobrinos de cuatro y seis años. "La he ayudado al menos 15 veces en los últimos tres meses. A veces con solo dos horas de anticipación. Me he perdido grupos de estudio, he reprogramado reuniones, e incluso falté al trabajo una vez para ayudarla", escribía.
Aunque asegura que ama a sus sobrinos, la situación se ha tornado insostenible y llegó el momento de decirle "no". "Me mandó un mensaje a las 4pm preguntando si podía cuidar a los niños de 6 a 11pm porque su niñera habitual canceló. Tenía un examen enorme a la mañana siguiente que valía el 40% de mi calificación y necesitaba estudiar. Le dije que esta vez no podía y le sugerí que probara la aplicación de niñeras que le mostré antes", expuso la chica, pero su hermana no se lo tomó nada bien y "se puso como loca", argumentándole que ella tenía una reunión importante de trabajo y era la única persona en la que confiaba.
Radio Lindo | La importancia de saber decir que no
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
"Me mantuve firme por una vez y dije que no", descubriendo después que lo que se perdió su hermana fue una cena con su jefe donde discutirían un posible ascenso. "Ahora toda mi familia me está bombardeando el teléfono", decía la autora, que asegura que sus padres le dicen que es una egoísta y que debería haber estudiado antes, además, su hermana no le dirige la palabra y lanza indirectas en redes sociales. "He dejado todo por sus hijos muchas veces, pero la única vez que priorizo mi educación, ¿soy la villana?", comentaba a la par que decía que se sentía mal por lo del ascenso, pero que tiene la sensación de que se está convirtiendo "en su cuidadora predeterminada sin ninguna consideración por mi vida".
"Los familiares no son cuidadores obligados"
Newsweek se hizo eco de esta historia y discutió los componentes psicológicos, sociales y culturales que habían detrás de todo este asunto, que parece que son muy habituales en prácticamente todos los núcleos familiares, con la Doctora Victoria Grinman, psicoterapeuta radicada en Queens. "Si bien los familiares pueden brindar familiaridad, confianza y consuelo emocional a un niño, depender únicamente de ellos para el cuidado infantil puede generar expectativas tácitas y potencial tensión", comentaba la experta, a la par que era bastante clara sobre los roles.
"Es importante reconocer que los familiares no son cuidadores obligados", dijo tajantemente Grinman, quien analizaba cómo, "en algunas familias, esa expectativa es normativa, lo que puede hacer que esta conversación sea compleja". Esa ayuda se ha de considerar "como un regalo" y no "como un derecho", por lo que no cabe el enfado ante una negativa justificada, y para que se lleve a cabo debería haber "un acuerdo mutuo" donde se ponen en liza las necesidades y posibilidades sin que se caiga en la imposición de una de las partes.
La doctora recomienda construir una red de apoyo más amplia de niñeras profesionales de confianza, algo que "promueve la flexibilidad, reduce la tensión y apoya el bienestar tanto del niño como de la familia", utilizando mecanismos de comunicación clara y amable como clave de todo este proceso. "Se trata de honrar el espíritu de generosidad sin permitir que se convierta en una obligación que lleve al resentimiento", sentenció Victoria Grinman.
