El protector solar que salvó a la humanidad hace 40.000 años
La historia de la humanidad está llena de adaptaciones ingeniosas

Sol. / Eric Lafforgue/Art in All of Us

La historia de la humanidad está llena de adaptaciones ingeniosas que han permitido a nuestros antepasados sobrevivir en condiciones adversas. Uno de estos ingeniosos métodos fue el uso de ocre como protector solar. Este descubrimiento reciente arroja luz sobre cómo el Homo Sapiens pudo haber utilizado este mineral para protegerse de la radiación solar, mientras que los Neandertales, que no adoptaron esta práctica, enfrentaron mayores dificultades y eventualmente se extinguieron.
Hace aproximadamente 40,000 años, la Tierra experimentó un fenómeno conocido como la "excursión de Laschamp", durante el cual los polos magnéticos del planeta se desplazaron y el campo magnético se debilitó significativamente. Este debilitamiento permitió que una mayor cantidad de radiación ultravioleta llegara a la superficie terrestre, aumentando los riesgos para la vida en el planeta.
Durante este período, los Homo Sapiens comenzaron a utilizar ocre, un mineral rico en óxido de hierro, como una forma de protección solar. Este mineral, cuando se aplica sobre la piel, actúa como un bloqueador de la radiación ultravioleta, similar a los protectores solares modernos. La capacidad de los Homo Sapiens para adaptarse a estas condiciones adversas mediante el uso de ocre pudo haber sido un factor determinante en su supervivencia y expansión, mientras que los Neandertales, que no adoptaron esta práctica, quedaron más expuestos a los efectos dañinos de la radiación.
El ocre ha sido utilizado por diversas culturas a lo largo de la historia, no solo como protector solar, sino también en prácticas artísticas y rituales. Sin embargo, su uso como bloqueador solar durante la "excursión de Laschamp" destaca como una de las aplicaciones más importantes para la supervivencia humana.
Los Homo Sapiens aplicaban ocre sobre su piel, creando una barrera física que reflejaba y absorbía la radiación ultravioleta. Este método de protección permitió a nuestros antepasados vivir y prosperar en condiciones de alta radiación, mientras que los Neandertales, que no adoptaron esta práctica, enfrentaron mayores riesgos para su salud y supervivencia.
La capacidad de los Homo Sapiens para adaptarse a las condiciones cambiantes del entorno mediante el uso de ocre pudo haber sido un factor clave en su éxito evolutivo. La protección contra la radiación ultravioleta no solo les permitió sobrevivir, sino también expandirse y colonizar nuevas áreas, mientras que los Neandertales, que no adoptaron esta práctica, enfrentaron mayores dificultades y eventualmente se extinguieron.




