Advierten de las tres cosas que tu jefe no debe saber sobre ti: "Hay límites que no se deben cruzar"
Destacan que hay información que no es beneficioso que sepan

Jefe y empleado / Nuthawut Somsuk

Las relaciones laborales pueden ser complicadas en ocasiones, puesto que hay líneas bastante finas que suelen confundir el papel del que simplemente es un compañero o el que es un amigo. Obviamente, se puede llegar a forjar amistades en el trabajo, pero hay que tener cuidado con quién porque a veces aparece el componente del conflicto de intereses que puede erosionar el vínculo, sobre todo si hablamos de la interacción con los jefes.
Como marcaron John Eliot y Jim Guinn en su libro 'Cómo llevarse bien con cualquiera: el manual para predecir y prevenir conflictos en el trabajo y en el hogar', hay varios tipos de jefes según sus actitudes y forma de comportarse. En total, enumeraron cinco y determinaron claramente cuál es el que consideran como el peor que te puede tocar. Así, estos son los que podemos encontrar, de manera general, y los componentes psicológicos y conductuales que presentan:
- Evitador. Estos suelen trabajar mejor solos y eludir los problemas. Según indican los autores, fomentar una buena relación de trabajo con este tipo conlleva aumentar la eficiencia del tiempo y evitar reuniones innecesarias.
- Competidor. Asume muchos riesgos y suele ser bastante agresivo en sus formas. Si no se quiere tener problemas con ellos, mejor cumplir los plazos establecidos y no fallar con lo esperado.
- Analizador. Suele ser una persona muy metódica que se basa en las evidencias, por lo que recopila mucha información antes de llevar a cabo una acción. Con ellos hay que conseguir ser flexibles e interesarse por sus procesos.
- Colaborador. Guinn y Eliot dicen que "se esforzarán por hacer que las cosas sean personales para que bajes la guardia", mostrándose empáticos aparentemente, pero no son claros con lo que quieren. Con estos hay que validar su necesidad de ser parte del grupo y no dedicarse a "todos los negocios".
- Complaciente. Ellos prefieren el éxito y bienestar personal al del grupo, por lo que es alentador con el resto del equipo y suele cabrearse si no tiene aceptación general y resultados prósperos. No hay que ser confiado con estas personas, pero sí confiable.
Jim Guinn habló sobre este asunto en CNBC Make It y expuso que el "colaborador motivado por una tarea" es el más dañino de todos. "Es alguien que quiere involucrarse en todo, resolver todos los conflictos. Dice: 'Seamos todos mejores amigos', pero es un maniático del control y no va a confiar en ti. Nunca te dirán que están enojados contigo, pero si no haces las cosas a su manera, se asustarán", expuso. Y es que ese grado de cercanía hace que sea todo más complicado, porque hay cosas que es mejor que no sepa tu jefe.

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Cosas que tu jefe no debe saber
En Elle escribieron sobre este último asunto, porque aunque tener una buena relación con tu jefe es perfectamente normal y puede ayudarte a tener un mejor ambiente de trabajo, manifiestan que "hay ciertos límites que no se deben cruzar". No es un tema de ocultar información o mentir para algo extraño, sino que son cosas indiferentes para el desarrollo de tu actividad laboral que pueden crearte una imagen que no sea beneficiosa, indirectamente. Así, marcan estas tres líneas a tener en cuenta:
- Discusión con colegas. Apuntan que, aunque hay momentos en los que sí es aconsejable involucrar a tu superior si hay un conflicto con un compañero, esto debería ser en casos más graves o que sean de carácter profesional. Así, no es necesario que esté al tanto de cada pequeña disputa, más si cabe si es de origen personal, en tal caso, es mejor que se resuelva entre las partes implicadas solamente. Los choques personales no son responsabilidad de los jefes siempre que no altere el ambiente laboral.
- Secretos del pasado. No es necesario que sepa demasiados detalles de cosas que has hecho, por ejemplo, en Elle ponen encima de la mesa anécdotas del pasado que pueden darte una imagen para nada beneficiosa, porque aunque sean cosas antiguas, puede generar que se cree un pensamiento que no te representa en la actualidad. "Nunca comiences tu reunión del lunes por la mañana describiendo tus días malos, porque, te guste o no, no es asunto de tu jefe ni de tus otros colegas", escriben.
- Demasiada información personal. "Aunque mantengan una buena relación, en el fondo, sus asuntos personales, su vida privada, ciertamente no son asunto suyo", explican con claridad, porque aunque la relación sea buena, hay aspectos que son indiferentes para tu desarrollo profesional. Igualmente, hablan de excepciones con un ejemplo concreto de una persona que está a punto de mudarse, en tal caso sí que "podría ser una buena idea informar a tu supervisor, aunque solo sea porque probablemente necesitarás unos días libres".




