Hay dos estilos de crianza en alza hoy en día y los expertos apuntan a cuál ayuda a criar hijos exitosos
Hay dos tendencias con resultados dispares a largo plazo

Padre e hijo / Kentaroo Tryman

La personalidad se crea desde la infancia, en los primeros años de vida, por lo cual es de suma importancia que los padres elijan una manera correcta de educar a sus hijos ya no solo por los resultados a corto plazo, sino por las consecuencias que habrá en el futuro. En la actualidad tenemos infinidad de información referente a los diferentes estilos de crianza que han determinado los expertos, habiendo estipulado los pros y los contras de cada uno de ellos.
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Sin embargo, hay una tendencia que se está extendiendo en este sentido, por lo que dicen los datos, imponiéndose un método más tradicional. Escribe sobre ello CNBC, que se ha puesto en contacto con profesionales en la materia como la pediatra Mona Amin, que puso encima de la mesa dos conceptos de crianza que asegura a veces se confunden por su nomenclatura, pero que dista mucho el método de uno y de otro, también teniendo diferentes resultados según cuál se adopte. Los términos en inglés son muy parecidos, de ahí la posible confusión.
Explican las diferencias de lo que denominan como 'authoritarian parenting' y 'authoritative parenting', con implicaciones muy distintas entre uno y otro estilo aun con las similitudes que nos deja su nomenclatura. "Es fácil confundirlos", comenta la doctora Amin, que además asegura que cada uno tiene efectos muy diferentes a largo y corto plazo en los niños, por lo que hay que estar muy atentos a cómo se hacen las cosas con ellos.

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Autoritario
'Authoritarian parenting' se traduciría como crianza autoritaria, que consiste en un "enfoque rígido, de arriba hacia abajo" en el que los tutores disponen de un alto nivel de control y proporcionan un bajo nivel de calidez, dice Amin, quien explica que "no hay mucha discusión. No hay mucha colaboración. Así que piensen en el padre que dice: 'Hazlo porque yo lo digo'". Y es que, aunque no estipula límites claros, se basa en aplicar castigos cuando los hijos se comportan de manera que no cree correcta, y normalmente "no tiene sentido para la situación".
La pediatra pone un ejemplo práctico sobre ello, poniendo en liza un posible berrinche de un pequeño en un supermercado, en el que "un padre autoritario diría: 'Deja de llorar. Nos vamos ya. No iremos al parque'. Así que no hay reconocimiento de los sentimientos, y hay una amenaza". La experta sugiere "que es muy severo y que no conduce a muchos resultados positivos", y aunque este estilo puede generar obediencia a corto plazo, es perjudicial para los niños a la larga, puesto que no aprenden a comunicar sus sentimientos y son más propensos a la ansiedad y a los trastornos de salud mental en la adolescencia y la adultez.
Autorizado
'Authoritative parenting' combinaría los límites con la empatía. Amin pone otro ejemplo concreto en el que un padre dispone que su hijo debe ordenar y limpiar su habitación, pero este no lo hace. Asegura que un estilo de crianza autorizado tiene una reacción que no desemboca en el castigo, sino que trata de hablarle sobre la importancia de hacer esta tarea y validar sus emoción sobre la dificultad o la carga que implica, pero finalmente exigirle que termine lo que se le ha dispuesto. Eso sí, este tipo necesita de más paciencia a corto plazo, aunque los resultados suelen ser mejores.
"Las investigaciones muestran que, en realidad, es el estilo de crianza el que conduce a niños y adultos más competentes y emocionalmente regulados, que manejan mejor el estrés de la vida o desarrollan resiliencia", explica la doctora, mientras que la psicóloga del desarrollo Aliza Pressman, también consultada por CNBC, dice que "los niños tienden a sentirse más seguros con padres autorizados, no sólo porque hay más empatía sino porque las reglas se comunican claramente".
Pressman argumenta que "se guían por los límites que usted considera apropiados y seguros, porque hay límites, pero dentro de esos límites hay suficiente libertad para que se sientan seguros de expresarse y ser quienes son", así que cuando llegan a adultos tienen mayor autonomía al confiar en su propio criterio y haber aprendido a regular sus emociones. "Cuando te sientes amado por quién eres y no por cómo te comportas, tiendes a comportarte mejor a largo plazo".




