Una eminencia española en filosofía echa por tierra la afirmación "Todas las opiniones son respetables"
Una reflexión del filósofo español José Antonio Marina ha vuelto a cobrar fuerza
José Antonio Marina. / J.L. Pino. (EFE)
En un contexto social cada vez más polarizado, donde las redes sociales amplifican todo tipo de discursos, una reflexión del filósofo español José Antonio Marina ha vuelto a cobrar fuerza. Su respuesta a la pregunta "¿Son todas las opiniones respetables?" se ha viralizado nuevamente, generando un intenso debate sobre los límites de la libertad de expresión y el valor del pensamiento crítico.
La intervención, que tuvo lugar hace algunos años durante unas jornadas organizadas poreldiario.es, ha sido recuperada recientemente por la de TikTok @wokeup.news. En apenas unos días, el vídeo superó los 10.000 "me gusta" y ha sido compartido miles de veces.
"Yo a mis alumnos de posgrado en la Facultad de Filosofía les pregunto: ‘¿Es verdad que todas las opiniones son respetables?", comienza Marina en el vídeo. "Y me dicen que sí. No. Lo que es respetable es el derecho a exponer tu opinión sin que haya una inquisición", aclara con firmeza.
El filósofo, pedagogo y ensayista toledano, autor de obras como La inteligencia fracasada o Historia universal de las soluciones, sostiene que la respetabilidad de una opinión no puede desligarse de su contenido. "Puede haber opiniones estúpidas, blasfemas, injustas, racistas… No, no. Respete usted mi opinión. La respeto o no la respeto, depende de cómo sea su opinión", sentencia.
La reflexión de Marina apunta directamente a una tendencia contemporánea: la de considerar que todas las opiniones tienen el mismo valor, independientemente de su fundamento. Para él, esta postura representa una “abdicación del sentido crítico” y una renuncia al esfuerzo intelectual que implica argumentar y justificar lo que se piensa.
"Hay una preocupación obsesiva por no molestar al opinante, sea cual sea la calidad de su opinión, y se crea la muletilla de que ‘toda opinión es respetable", comentaba un usuario en respuesta al vídeo viral. "Al final, el problema radica en el rechazo al esfuerzo que requiere la argumentación".
