Unos investigadores de León redescubren la especie que se creía extinta desde hace 160 años
Tras muchas décadas sin dejarse ver, apareció sin esperarlo
Ilustración de un insecto / Iain Lawrie
El insecto 'Thyreophora cynophila' fue descrito por primera vez en 1798 por el entomólogo alemán Panzer, según apuntan en La Crónica di Roma, cuando este destacaba las inconfundibles características físicas que presentaba, con un cuerpo azul metálico y una cabeza naranja muy llamativa. Pero eso no es todo lo que atrajo a los investigadores, sino que su manera de alimentarse también fue digna de mención y estudio desde que dieron con él.
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Exponen que está especializado en nutrirse de animales muertos, pero no solo de los que tienen más o menos su tamaño, también de algunos como grandes mamíferos. Además, se encontraron indicios de que sus larvas pueden explotar partes en descomposición, incluso de cadáveres de aves como los buitres. Con todo, siempre ha sido un maestro del escondite, teniendo su mayor actividad en invierno y frecuentando solamente entornos específicos. Quizá un mecanismo para defenderse.
Tal ha sido su manera tan sigilosa de esconderse que los últimos registros que se tienen de ella es de 1840. Después de más de un siglo sin tener conocimiento de dónde estaba, en 2007 se decidió declararla extinta, pues para los científicos resultaba casi imposible que en tanto tiempo no se haya tenido a bien manifestarse y que alguien la viera, más aún con los intentos específicos para poder verla. Se cerró así todo, hasta que su resurrección fue una realidad.
Ciencia y ficción | ¿Podríamos traer de vuelta a especies extintas?
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Redescubrimiento en España
Esta mosca apodada 'quebrantahuesos' que había sido incluida en la lista de las especies extintas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estuvo ahí hasta 2010, cuando se las pudo ver en algunas zonas de España, así como hace poco fueron encontradas en el Valle de Ossau, en los Pirineos franceses, cuando un guardia dio con ellas sobre un jabalí muerto en la nieve, a una altitud de 700 metros, según escribían en la web de Los40.
Pero esto no es todo, escriben en La Crónica di Roma cómo también ha resurgió en varias zonas de la provincia de León, habiéndose avistado ejemplares en la comarca de Omaña y en Riaño, dentro de la Reserva de la Junta de Castilla y León. Estas observaciones fueron confirmadas por los expertos y publicadas en el Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa, y como apuntaban en el medio italiano antes citado, "se plantean preguntas fascinantes sobre cuántos otros 'fantasmas' de la naturaleza podrían quedar aún ahí fuera".
