El botón que siempre debes presionar cuando retires dinero de un cajero: un gesto de unos segundos que ahorra sustos

Actualmente, las transacciones electrónicas dominan la vida cotidiana, los cajeros automáticos siguen siendo una herramienta esencial para muchos ciudadanos. Sin embargo, un pequeño descuido al utilizarlos puede tener consecuencias graves. Las autoridades y expertos en seguridad financiera advierten sobre un gesto que, aunque simple, puede marcar la diferencia entre una operación segura y una potencial estafa: pulsar la tecla "Cancelar" antes de abandonar el cajero.

Tras retirar efectivo, la mayoría de los usuarios dan por concluida la operación al recibir el dinero o la tarjeta. No obstante, según medios daneses como Nyheder24, este hábito puede dejar la sesión abierta durante unos segundos más, tiempo suficiente para que un tercero acceda a la cuenta si el sistema no se ha cerrado correctamente.

El problema radica en que algunos cajeros no finalizan automáticamente la sesión tras la retirada de efectivo. Si el usuario no pulsa "Cancelar" antes de marcharse, la interfaz puede permanecer activa, mostrando información sensible o permitiendo nuevas operaciones. Esta vulnerabilidad ha sido aprovechada por estafadores que conocen bien los patrones de comportamiento de los usuarios distraídos.

Aunque pueda parecer una escena sacada de una película de suspense, los casos de fraude por sesiones no cerradas han sido documentados en varias ciudades. En algunos casos, los delincuentes esperan cerca de los cajeros, observando discretamente a quienes olvidan cerrar su sesión. En cuanto el usuario se aleja, el estafador se acerca y, si la pantalla sigue activa, puede intentar realizar una nueva operación o acceder a información personal.

Además, los expertos advierten sobre otro riesgo común: la impresión automática de recibos. Estos documentos, que muchos usuarios solicitan por costumbre, pueden contener datos como el saldo de la cuenta, la hora exacta de la transacción y parte del número de tarjeta. Si se desechan sin cuidado, pueden ser utilizados por delincuentes para rastrear hábitos de retiro y planear futuros robos.