Los fabricantes alertan sobre tener cuidado con dejar la puerta del horno abierta tras usarlo por estos motivos
Es una acción muy común para casi todas las personas

Horno / brizmaker

Una de las acciones más comunes que solemos hacer después de cocinar con un horno es dejar la puerta abierta para dejarlo enfriar, pero también por otros motivos como el de aprovechar el calor para caldear las estancias. De hecho, hay quien dice que esto le ha servido incluso para ahorrar en la factura de la luz, como es el caso de una mujer llamada Catherine Renton, que aseguró que llevaba tres años sin encender la calefacción gracias a sus trucos caseros, entre los que estaba este.
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Pero, realmente, si hacemos caso a las instrucciones de los propios fabricantes nos dicen lo contrario. En Postal se hacen eco de las recomendaciones de Marketeer, que a su vez hablan en voz de marcas como Bosch, quienes dicen que lo mejor es dejar enfriar el horno con la puerta cerrada. En cuanto a la creencia de que ayudará a calentar las habitaciones, parece ser que esto es un mito, ya que avisan de que el efecto calorífico es mínimo y localizado, sin ser suficiente para cambiar la temperatura ni de la propia cocina de manera sostenible.
Lo que puedes notar, como mucho, es un aumento temporal de los grados pero solo si estás cerca del electrodoméstico. Estos están diseñados de tal forma para que el calor se disipe rápidamente, sin llegar a calentar el espacio de manera consistente. Pero, además de por no ser eficaz para dicho propósito, los distribuidores explican que dejar el portón abierto implica ciertos riesgos que tienen que ver incluso con la seguridad de los residentes y de la propia estructura de la vivienda.

Peligros del horno abierto
Marketeer comenta que la liberación de calor, aunque discreta, puede ir deteriorando gradualmente los acabados de la cocina, pero no solo en cuanto a la estética, sino también a la durabilidad de los materiales. Las altas temperaturas a las que llegan los hornos, como escriben en Postal, "incide directamente sobre los armarios y encimeras que lo rodean. Con el tiempo, este calor puede provocar deformaciones, desprendimiento de revestimientos o daños en superficies hechas de materiales más sensibles, como madera laminada o MDF".
Las pinturas y los papeles pintados también se ven afectados, con la tinta agrietándose o desprendiéndose y el papel soltándose y manchándose. Pero eso no es todo, sino que el cambio ambiental favorece la formación de humedad en ventanas y superficies, facilitando la aparición de moho. Esto, a la larga, puede ocasionar graves problemas estructurales, además de comprometer la calidad del aire y la salud del espacio. Entre todo esto, también puede haber una incidencia directa de poder hacernos quemaduras si pasamos por al lado y tenemos un descuido tocándolo, con especial peligro para niños y mascotas.
Los fabricantes estipulan que los hornos modernos ya cuentan con sistemas de retención de calor que permiten un enfriamiento lento y controlado, por lo que dejar la puerta cerrada es la forma más eficiente de disipar el calor. Es más, algunos modelos tienen incorporados sistemas de ventilación interna para aceleran el enfriamiento de forma segura, con sus propios termostatos que regulan la temperatura hasta alcanzar la idónea para mantener la seguridad del electrodoméstico.




