La trepadora de floración eterna, de rápido crecimiento e ideal incluso para los jardineros más principiantes

Las plantas trepadoras poseen un encanto ornamental verdaderamente inigualable, capaces de transformar cualquier rincón verde en un espectáculo natural. Dentro de este grupo, destacan las especies que regalan floraciones prolongadas durante muchos meses, elevando aún más su valor estético. Si lo que buscas es una planta que reúna estas cualidades, la bignonia es sin duda una elección extraordinaria.

La bignonia es una trepadora longeva y extraordinariamente resistente, ideal para quienes buscan plantas de fácil mantenimiento. Su cultivo no supone mayores complicaciones, por lo que resulta perfecta incluso para jardineros novatos. Una de sus características más admiradas es su capacidad de florecer hasta bien entrado el otoño, prolongando su belleza más allá de la temporada habitual. Bajo el nombre de “bignonia” se agrupan principalmente dos variedades: la Campsis radicans, conocida por su vigor, y la Campsis grandiflora, famosa por sus majestuosas flores.

La Campsis radicans es la variedad más popular en en el mediterráneo, reconocida por su extraordinaria resistencia a las bajas temperaturas, lo que le permite florecer en casi todas las regiones del país. Solo las zonas montañosas más elevadas, donde el clima es especialmente riguroso, escapan a su encanto. Por otro lado, la Campsis grandiflora prefiere ambientes con climas suaves y templados, aportando un toque de exotismo allí donde se cultiva.

Originaria de los bosques estadounidenses, la bignonia puede alcanzar alturas realmente asombrosas si se la deja crecer libremente, llegando a superar los 10 metros. Por su parte, los híbridos tienden a ser algo más compactos, alcanzando en promedio unos 8 metros, lo que sigue siendo impresionante para una planta trepadora.

¿Cómo se cultiva la bignonia?

La bignonia se multiplica fácilmente mediante esquejes, especialmente si se realiza durante la primavera, época en la que enraíza con notable rapidez. También puede cultivarse con éxito en maceta, siempre y cuando el recipiente sea lo bastante amplio y se renueve periódicamente para favorecer un desarrollo saludable de sus raíces. Un aspecto a tener en cuenta es que esta planta no aprecia los suelos demasiado ricos en nutrientes.

Esto significa que el riego debe realizarse únicamente cuando la falta de lluvias se prolongue durante mucho tiempo. Para fomentar un crecimiento vigoroso, conviene situar la bignonia en un lugar con abundante luz solar. Sin embargo, en las regiones del sur, donde las temperaturas pueden ser muy elevadas, también se adapta perfectamente a la sombra parcial.