Portugal va en busca de la peor estación de tren y cree haberla encontrado en España
Se han hecho eco de la que consideran que está en una zona problemática

Estación de tren de Canfranc / LUNAMARINA

El pasado 26 de mayo se anunció que Renfe recuperará el servicio ferroviario entre Huesca y Canfranc el próximo 9 de junio después de unas obras de renovación integral en su infraestructura que ha tenido cerrado el tráfico del trayecto desde hace dos años. Según informan, las modificaciones en la vía harán que se reduzcan los tiempos de viaje en hasta 30 minutos, por lo que habrá que modificar todos los horarios de sus servicios.
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Y precisamente sobre la estación de tren de Canfranc han escrito recientemente en la web portuguesa Postal por estar considerada como una de las peores situadas del mundo desde el punto de vista medioambiental. Ubicada en la comunidad autónoma de Aragón, fue inaugurada en 1928 y se convirtió entonces en un símbolo de ingeniería modernista. El edificio destaca en el paisaje montañoso y actualmente se usa como hotel de lujo.
La problemática es debida a que "el lugar elegido para la construcción de la estación corresponde a la desembocadura de cinco arroyos con caudal torrencial que desembocan en el río Aragón", la cual se asegura que es una zona "propensa a deslizamientos de tierra y avalanchas, lo que la hace muy vulnerable a desastres naturales". De hecho, otro medio luso, Tempo, escribía que con el aumento de fenómenos extremos relacionados con el cambio climático, como las lluvias intensas y concentradas, se ha vuelto urgente encontrar soluciones sostenibles.

Explican que "la zona de Canfranc fue pues objeto de un vasto proyecto de ingeniería forestal que buscaba reducir los riesgos naturales y proteger a la población local y a los miles de viajeros que cruzaban la frontera", por lo que se adoptaron medidas como "una reforestación intensiva de las laderas circundantes con especies vegetales adaptadas al clima de montaña" de cara a "estabilizar el suelo y limitar los efectos de la erosión y la escorrentía superficial", así como "se construyeron infraestructuras como muros de contención, diques y depósitos de nieve para reforzar la protección".
Ubicación estratégica e inversión
Al parecer, el lugar para su construcción se eligió por razones militares para facilitar la defensa del territorio a pesar del alto riesgo de desastres naturales, que intentaron mitigar a través de intervenciones en ingeniería para transformar un paisaje frágil en una zona más segura y a la par no comprometer su apariencia natural. Aseguran en Postal que el ingeniero Benito Ayerbe fue uno de los principales responsables de la planificación de las estructuras defensivas, las cuales han sido estudiadas ahora por Ignacio Pérez-Soba.
El también ingeniero habría dicho que la solución a los retos que hay en la actualidad en la zona pasa por "una integración equilibrada entre la ingeniería civil tradicional y la ingeniería biológica", por lo que propone intervenciones siempre que se respeten y adapten a la morfología natural. Este modelo dotaría de beneficios a largo plazo tanto para el medio ambiente como para la seguridad de las poblaciones, exponen en la web portuguesa.




