El significado real que se enconde detrás de poner bolsas de plástico en los retrovisores del coche
Se ha vuelto una práctica cada vez más común en algunos países


A primera vista, puede parecer una excentricidad o incluso una negligencia. Sin embargo, ver una bolsa de plástico cubriendo el retrovisor de un coche estacionado se ha vuelto una práctica cada vez más común. Lejos de ser un descuido, esta acción tiene una explicación lógica y preventiva que ha ganado popularidad entre conductores preocupados por el estado de sus vehículos.
Durante ciertas épocas del año, especialmente en primavera y verano, algunas especies de aves se vuelven extremadamente territoriales debido a su ciclo de apareamiento. En este período, los espejos retrovisores de los coches se convierten en blancos frecuentes de ataques. ¿El motivo? Las aves ven su propio reflejo y lo interpretan como un intruso, lo que las lleva a picotear agresivamente el espejo.
Este comportamiento no solo puede dañar el cristal del retrovisor, sino también rayar la pintura del vehículo en la zona circundante. Además, los excrementos de las aves, que contienen ácidos corrosivos, pueden deteriorar el barniz y dejar manchas permanentes si no se limpian a tiempo.
Para evitar estos daños, muchos conductores han adoptado una solución tan simple como eficaz: cubrir los retrovisores con bolsas de plástico o fundas específicas al estacionar el coche. Al eliminar el reflejo, las aves ya no perciben una amenaza y, por tanto, no atacan el vehículo.
La aplicación es sencilla: basta con colocar la bolsa sobre el retrovisor y sujetarla con una goma, cinta adhesiva o un nudo. Esta práctica es especialmente útil en zonas rurales, parques, áreas verdes o cerca de reservas naturales, donde la presencia de aves es más intensa.
Para quienes optan por soluciones comerciales, el mercado ofrece productos específicos para la limpieza de excrementos de aves. Entre ellos, se pueden encontrar en línea prácticos paquetes de toallitas especialmente diseñadas para esta tarea.




