Luz verde al proyecto titánico de más de 29.000 millones de euros que transformará los viajes por Europa para siempre

Una revolución en el transporte está cocinándose en Europa con un proyecto multimillonario y altamente ambicioso que tiene como principal objetivo conectar el continente como nunca antes se había visto. Según informó Express, se está preparando una inversión pionera en la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T) que supondrá un importe histórico de 24.800 millones de libras, alrededor de 29.267 millones de euros al cambio. Una absoluta barbaridad.

La idea es facilitar y fomentar los viajes y el comercio desde el Atlántico hasta las fronteras de Asia a través de una red interconectada de carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y vías navegables. Obviamente, su desarrollo llevará tiempo, pero según los que habría estipulados, se prevé que la red principal, que conectaría los enlaces clave entre las principales ciudades y centros de conexiones, esté terminada para 2030, mientras que la red principal ampliada vea la luz sobre 2040 y la red integral en 2050, esta última para conectar todas las regiones de la Unión Europea (UE) con la principal.

Escriben en Express que, según la Comisión Europea, los requisitos clave de infraestructura de la RTE-T incluyen que, para 2040, las líneas ferroviarias de pasajeros de las redes principales y las redes principales ampliadas deben soportar trenes que circulen a velocidades de 160 km/h o superiores. El Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario (ERTMS) estará desplegado en toda la red RTE-T para mejorar la seguridad y la eficiencia ferroviarias, además, irán eliminándose progresivamente los sistemas nacionales de señalización.

Otra de las implicaciones que están previstas es que los principales aeropuertos con más de 12 millones de pasajeros anuales deberán estar conectados mediante ferrocarril de larga distancia, así como la ampliación del número y la capacidad de las terminales de transbordo de cara a cubrir la demanda de tráfico. En todo este contexto, las ciudades más importantes tendrán que adoptar planes de movilidad urbana sostenible para conseguir un transporte de cero y bajas emisiones. Complementariamente, el proyecto "sirve de base para el despliegue de puntos de recarga y repostaje de combustibles alternativos", escriben en el medio británico.

Conexiones del proyecto

Se construirán nueve corredores centrales para múltiples países y regiones económicas importantes, como el Corredor Báltico-Adriático, que une el norte de Europa con el mar Adriático, y el Corredor Mar del Norte-Báltico. Así, otros incluyen el Corredor Escandinavo-Mediterráneo, el Corredor Rin-Alpino a través de Alemania y Suiza hasta el norte de Italia, el Corredor Rin-Danubio que une Europa occidental con Europa oriental, y el Corredor Mediterráneo a lo largo de la costa desde España hasta Hungría. Siguiendo con nuestro país, también habrá uno que conectará la Península Ibérica con Francia.

Entre muchos, también destacan Corredor Oriente-Mediterráneo que conectará Europa Central con el Mediterráneo Oriental, y el Corredor Mar del Norte-Mediterráneo, que hará lo propio con los puertos del Mar del Norte y el sur de Francia e Italia. Además de todo lo nuevo, también está previsto que se modernicen las rutas ya existentes con diferentes reformas. Podemos imaginar la cantidad de dinero que se tendrá que desembolsar, pero la financiación ya está pensada y deberá de subsanarse con la aportación de todos los estados y otras vías.

Express concluye esta información afirmando que, según los informes de la UE, "la financiación de la RTE-T es una colaboración entre los gobiernos nacionales y la Unión Europea, complementada con préstamos e inversiones privadas. La mayor parte de las inversiones serán aportadas por los propios Estados miembros, aunque otras fuentes de financiación incluyen los Fondos Estructurales y de Cohesión de la UE y el Banco Europeo de Inversiones".