Una pareja de ancianos se siente prisionera en casa, piden solución y el Ayuntamiento tarda dos años en responder

Las reclamaciones ciudadanas deben ser recurrentes si queremos que nuestros entornos sean accesibles para todos. Cada persona tiene unas necesidades específicas, pero estas pueden ayudar a todos porque, además de que seguramente haya muchas que sufren problemas parecidos, el resto podemos necesitarlas en algún momento. Los mandatarios están obligados a hacer de las zonas rurales y urbanas transitables para todos, por lo que es necesario que se exponga lo que requiere la comunidad. Buena cuenta de ello puede dar Christian Sobczyk.

Este hombre reside en Eggenweg (Alemania), y vive con desesperación desde hace tiempo. Tiene problemas de movilidad y depende de un andador, por lo que el sendero con cuestas que llega hasta su vivienda supone un gran obstáculo, teniendo además varios escalones para poder llegar hasta allí. Sin embargo, no hay barandillas ni rampas que faciliten el ascenso o el descenso, por lo que tiene el miedo de poder caerse al suelo.

Según informa Solinger-Tageblatt, hace un par de años contactó con los Servicios Técnicos de Solingen (TBS) del ayuntamiento de la localidad para solicitar la instalación de rampas y barandillas, pero aunque la respuesta fue afirmativa, nada se ha hecho en este tiempo. Todo se agravó cuando su mujer enfermó y también tiene que recurrir a un andador, teniendo la sensación desde entonces de que su casa se ha convertido en una prisión.

Soluciones del ayuntamiento

Sabine Rische, responsable de prensa del ayuntamiento, comentó que "la accesibilidad se planifica de forma natural desde el principio hasta el final de las nuevas construcciones", pero que tanto el gobierno como el TBS responden cuando surge una necesidad, por lo que afirma que solicitudes como la de los Sobczyk son primordiales, de lo contrario, desconocerían la magnitud real de la demanda en cada caso, pues, en concreto con esta, "no existe un directorio de todas las escaleras". Más aún con las directrices de la normativa.

Explica que la norma DIN 18065 estipula que los pasamanos son obligatorios para escaleras de tres o más escalones, sin embargo, las exteriores en el terreno, como en el caso de Eggenweg, están exentas, aunque ahí entra el derecho a asistencia para aplicarlo. De esta forma, aseguran que ya se lanzó la licitación y esta se encuentra finalizada, por lo que están revisando las ofertas presentadas y realizando "los preparativos necesarios". Todo ello después de las conversaciones con los Sobczyk. Aunque las obras no son sencillas.

Afirman desde el TBS que "no se trata solo de instalar pasamanos", sino que el equipamiento mínimo incluye la instalación de escalones de rampa y una plataforma intermedia, así como marcar los bordes de las escalinatas. Igualmente, desde el ayuntamiento aseguran que las obras comenzarán pronto y recalcan que "no está prevista la participación privada en los costos. Estos son espacios públicos". Así, parece que la prisión de Christian Sobczyk y su esposa pronto quedará atrás, si se cumplen las promesas.