Un propietario se frota las manos con reservas de 170 comensales y una moda peligrosa le cuesta más de 4,000 euros

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Lo que debía ser una celebración multitudinaria terminó en una amarga decepción para un restaurador de Floridsdorf, al norte de Viena. Una reserva para 170 personas, que nunca se presentó, dejó al propietario del restaurante con una pérdida de aproximadamente 4.500 euros.
El incidente ocurrió en el restaurante de un experimentado hostelero de 54 años, quien había recibido una reserva para una supuesta boda con 170 invitados. Según relató al medio austríaco Heute, el cliente presentó incluso una confirmación de pago por adelantado dos días antes del evento. Sin embargo, lo que el restaurador no sabía era que dicha transferencia fue cancelada inmediatamente después.
El día del evento, ni un solo invitado apareció. “Él me mostró la confirmación de la transferencia, pero luego la anuló. Yo ya había contratado a seis empleados adicionales y encargado mercancía extra”, explicó el dueño.
Este caso no es aislado. Las ausencias sin previo aviso, conocidas como “no-shows”, se han convertido en un problema recurrente para los restaurantes, especialmente en eventos de gran escala. Aunque el restaurante en cuestión cuenta con 200 plazas interiores y 100 exteriores y goza de buena reputación, el propietario advierte que la situación se está volviendo insostenible.
“Los altos costes energéticos, los precios de los productos y las exigencias administrativas ya son un reto. Si además tenemos que lidiar con reservas falsas, se vuelve imposible mantener el nivel de calidad”, lamentó el restaurador.
Por este motivo, un número creciente de restaurantes aplica una tarifa por inasistencia con el fin de compensar las pérdidas derivadas de la ausencia de los clientes. Esta práctica se da también en Alemania, donde los establecimientos de alta gama, que suelen verse obligados a preparar con antelación grandes cantidades de productos de primera calidad, son los más perjudicados.




