Un año después de su llegada, lanzan una encuesta sobre los nuevos tapones de botella: la reacción es la que esperas

Hace un tiempo se añadió un pequeño cambio a las botellas que ha suscitado muchos debates y detractores. Poco a poco se han ido incorporando en más productos esos tapones que no van sueltos, sino que están conectados a la boquilla por otro trozo de plástico con el objetivo de que no acaben extraviados y tirados por cualquier sitio y que, de acumularse como ha pasado en muchas ocasiones, que puedan causar graves perjuicios medioambientales. Pero aunque las intenciones son buenas, los clientes no recibieron demasiado bien este método.

Como con todo, entre las críticas por ser molesto, a la par que los hay por pura ideología en la crítica de quien defiende que el cambio climático no existe, las redes sociales buscan soluciones para paliar dichas molestias y hemos visto cómo muchos usuarios han dejado recomendaciones como una tan simple como pasar el tapón al otro lado de la boquilla para que así adopte una forma más cómoda, cosa que es perfectamente aplicable con el de cualquier botella.

Pero, aunque haya métodos, como hemos apuntado, las críticas han sido muy numerosas y, en ocasiones, feroces, así que no se ha dejado pasar la ocasión de hacer ciertos estudios sociológicos para conocer la opinión de los clientes y reflejar en datos si realmente hay un descontento generalizado o simplemente que los detractores hacen más ruido. El Instituto de Núremberg para Decisiones de Mercado (NIM) hizo un estudio sobre ello y los resultados son esclarecedores.

Sin dudas: la insatisfacción es real

Recoge el medio alemán web.de que el organismo realizó una encuesta a unas 1.000 personas de entre 18 y 74 años durante el mes de mayo, arrojándose que solo el 12% de ellos no encuentra ningún problema en los nuevos tapones, mientras que el 63% los considera más difíciles de manipular que los cierres convencionales. Al respecto, Matthias Unfried, jefe del Departamento de Investigación del Comportamiento del NIM, concluyó que "el tapón de botella firmemente fijado no tiene muchos adeptos en Alemania".

Además, en cuanto al beneficio para nuestro planeta, la encuesta deja de manifiesto que solamente uno de cada tres de las personas preguntadas cree que las nuevas tapas son realmente necesarias y sirven para la protección del medio ambiente. A pesar de todo, apunta la Asociación Alemana de Embotelladores de Agua Mineral (VDM) el número de quejas ha disminuido y el comportamiento de compra no ha cambiado significativamente, algo que parece respaldado por el estudio.

Un 23% de los encuestados afirmaba beber con menos frecuencia directamente de la botella, mientras que el 20% dice evitar los productos con tapas bien cerradas, sin embargo, la mayoría de los consumidores asegura mantener sus hábitos de consumo, terminando por aceptar un cambio que donde sí tuvo impacto fue en los productores y el comercio mayorista, pues estos tuvieron que cambiar instalaciones haciendo remodelaciones que, obviamente, tuvieron un impacto económico.