Prepara una cena romántica de reconciliación y lo que hace el camarero lo recordarán toda la vida
Querían una velada inolvidable y la tienen, pero no como esperaban

Cena romántica / Andrii Lysenko

Las relaciones de pareja son complicadas. La rutina, el estrés y los problemas domésticos generan roces que a veces hacen que se rompa todo, pero con un poco de paciencia, comunicación y amor se pueden superar los baches, que son totalmente normales en una vida en común. Esto fue lo que vivió una pareja checa que, tras un periodo convulso, consiguieron acercar posturas y convinieron en hacer una cena de reconciliación para celebrar que habían sorteado todos los obstáculos.
Así lo explica una mujer en la web Medium, que con el nombre Petrusha escribe lo que les sucedió en una noche que recordarán por siempre. "Se suponía que una cena romántica sería el final de una etapa difícil. Tras meses de estrés, discusiones y reconciliación, mi marido y yo por fin llegamos al punto de volver a entendernos. Él quería celebrarlo en nuestro restaurante favorito, donde tuvimos nuestra primera cita", explicaba.
La velada estaba siendo maravillosa, la mujer comenta que hablaron, rieron y brindaron por ellos mismos y por "tiempos mejores", Petrusha estaba feliz de volver a sentirse querida y segura, era justo por lo que habían peleado tanto tiempo de altibajos y parece que lo habían conseguido, así que estaba siendo la cena perfecta, a la que su marido quería poner el broche final con una sorpresa muy especial que ella no se esperaba para nada. Pero no salió todo según lo había planeado el hombre... todo por la intervención desafortunada de un camarero.

Una equivocación inoportuna
Una vez terminaron los platos principales, su marido le preguntó que si quería algo dulce, y ante su respuesta afirmativa, llamó al camarero y le aseguró a su esposa que recordaría ese tentempié por siempre. Al poco rato, vieron cómo este salía con el postre favorito de la autora del post, fondant de chocolate. "Se dirigía a nuestra mesa con una sonrisa. Pero en el último momento, se giró... y se detuvo en la mesa de al lado, donde estaba sentada una pareja joven", explica la mujer, que vio cómo "la chica aceptó el postre con alegría y empezó a comer", pero lo que pasó fue inesperado para todos.
Más información
"Después de unos bocados, abrió los ojos como platos", afirma Petrusha, puesto que "el postre escondía un anillo. Pequeño, de oro, con una piedra delicada", esto hizo que la chica se quedara estupefacta, "mientras su pareja parecía completamente confundida. Mi marido y yo nos sentamos a su lado y nos quedamos paralizados". Sí, esa era la gran sorpresa que tenía él para la reconciliación, pero el mesero se había confundido de pareja y la sorpresa saltó por los aires. El otro chico fue a preguntar, porque definitivamente no era su postre.
Petrusha recuerda cómo "la señora casi había terminado el postre y sostenía el anillo en la mano. Me sentí terriblemente avergonzada", porque "aunque no tuvimos la culpa de la situación, sentí que habíamos perturbado la intimidad de alguien". "El camarero se disculpó con nosotros y con la pareja, explicó la situación y trajo un nuevo postre, esta vez para mí. Cuando por fin llegó 'mi' fondant, nos reímos un poco", y a pesar de que no salió bien, la intención es lo que cuenta y se siente feliz, porque era "una pequeña prueba de que, incluso después de años, mi marido sigue queriendo demostrar su amor. Y de que tiene paciencia, sobre todo después de todo ese caos".
"En casa, seguíamos hablando de aquella noche. Y cada vez nos reíamos más. El romance planeado se convirtió en un pequeño error, pero nos recordó que la vida a veces nos juega malas pasadas. Y que el amor sigue siendo lo más bonito del plato en medio de este caos", sentencia una Petrusha que, aunque no vivió la velada tal y como la había planeado su marido, este no se equivocó cuando le dijo que recordaría ese postre de por vida, de eso sí que puede estar totalmente seguro.




