Una pareja se toma la justicia por su mano y consigue que demolieran la obra vecina gracias a una ley desconocida

Imagina despertarte una mañana y, desde la ventana de tu habitación, ver a tu vecino tomando café en una terraza elevada... a solo dos metros de distancia. Esta fue la incómoda realidad que vivieron Marc y Sophie, una pareja que reside a las afueras de Montpellier. Lo que parecía una obra menor acabó invadiendo su intimidad. Su victoria fue posible gracias a un artículo poco conocido pero muy claro del Código Civil francés: el “derecho de vista”.

Todo comenzó un lunes de abril, con el sonido de un taladro al otro lado de la medianera. En apenas una semana, una estructura de madera se alzó en la planta superior de la casa vecina. Lo que parecía ser un simple balcón se transformó rápidamente en una terraza de 12 metros cuadrados con vistas directas al dormitorio de la pareja.

La incomodidad fue inmediata: cortinas permanentemente cerradas, menos luz natural y la sensación constante de estar siendo observados. Cuando Marc intentó dialogar, su vecino respondió: “Estoy en mi casa, tengo derecho”. Lejos de resignarse, la pareja empezó a buscar soluciones legales.

Fue entonces cuando Sophie dio con una mención clave en un foro legal: el derecho de vista. Este principio jurídico, recogido en el artículo 678 del Código Civil, establece claramente que no se pueden construir “vistas rectas” hacia una propiedad vecina a menos de 1,90 metros de la línea divisoria. La terraza del vecino estaba a solo 1,20 metros.

Marc y Sophie pusieron entonces en práctica una estrategia tan sencilla como imparable, y que cualquier propietario puede reproducir. Primero, enviaron un requerimiento formal al vecino mediante carta certificada con acuse de recibo, citando el artículo 678 y exigiendo la retirada de la terraza. Al no recibir respuesta, encargaron a un alguacil que verificara la distancia ilegal. El informe, acompañado de fotografías, se convirtió en prueba legal. A continuación, presentaron una citación ante el tribunal judicial con el apoyo de un abogado, basándose en la invasión de la privacidad y la violación del derecho de propiedad.

“En materia de servidumbres de vista, los tribunales son inflexibles. Es uno de los pocos ámbitos donde la pena de demolición se aplica casi sistemáticamente”, afirma Maître Dupont, abogado especializado en derecho inmobiliario.

Finalmente, el tribunal falló a su favor. Dictó sentencia ordenando la demolición de la terraza y el reembolso de los gastos ocasionados. Una victoria total para Marc y Sophie, que no solo recuperaron su intimidad, sino también la tranquilidad en su hogar.