Advierten del riesgo de comer la pipa de una de las frutas del verano: se debe prestar especial atención a los niños

Una dieta equilibrada y sana debe tener una buena dosis de frutas, que son un alimento que nos da nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y, sobre todo para los niños, un desarrollo equilibrado y sano. Sin embargo, aunque son muy beneficiosas para el ser humano, debemos tener en cuenta varias cosas porque en ocasiones pueden entrañar ciertos peligros que no esperamos, ya sea por su composición o por lo que ocurre con ellas durante su crecimiento en cultivo.

Hace un año, un agricultor alertaba en redes sociales sobre uno de los problemas principales que tienen las frutas con hueso, en general, durante su recolección. Ya sean cerezas, melocotones o mandarinas, tenemos que fijarnos dentro de ellas, en el fruto, ya que puede haberse quedado la larva de la mosca de la fruta, también conocida como mosca del vinagre, un insecto que se alimenta ahí y cuando se desarrolla se abre paso hacia el exterior haciendo otro agujero.

Aunque normalmente, al comercializarse, las frutas ya han pasado por varios procesos y tratamientos para combatir y detectar este tipo de problemas, el agricultor aconseja cerciorarse siempre del estado del fruto para evitar males mayores. Con solamente abrirlo podría ser suficiente, además, es conveniente hacerlo porque pelarlo y sacar los huesos de este tipo de alimentos es lo ideal, ya que en estos también podemos encontrar ciertos peligros, como relatan en WP Kuchnia.

Cuidado con la pipa de la cereza

En la web polaca explican que, aunque solemos prestar poca atención a las semillas de frutas como la cereza e ingerirlas no tiene consecuencias de manera general, descuidos habituales tragando cantidades más grandes sí que puede ser muy perjudicial, sobre todo para los más pequeños. Esto es debido a que esos huesos tienen en su composición un compuesto químico llamado amigdalina, el cual puede transformarse en cianuro de hidrógeno al descomponerse en el sistema digestivo, una toxina potente que en concentraciones altas puede ocasionar bastantes daños.

Vómitos, mareos, dificultad para respirar o pérdida del conocimiento son algunos de los síntomas de una intoxicación de este tipo, y apuntan que incluso unas pocas docenas de huesos de cereza triturados podrían representar una dosis letal de cianuro, siendo un riesgo grave principalmente para los niños que ingieren accidentalmente grandes cantidades de huesos, debido a que tienen un peso corporal inferior y las cantidades pueden ser fatales. Y es que dichos síntomas de intoxicación tienen una actuación rápida, pudiendo aparecer a las pocas horas, teniendo que acudir inmediatamente a la atención de un médico.

Además de en la cereza, la amigdalina también se encuentra en los huesos de albaricoque, ciruela, manzana y melocotón, así que recomiendan retirarlos antes del tratamiento térmico al preparar conservas o compotas caseras, pues durante la cocción esas sustancias pueden pasar al zumo o la sopa y aumenta el riesgo de exposición a toxinas. De tal forma, antes de elaborar este tipo de alimentos, lo recomendable es deshuesar los frutos para evitar males mayores.