Es despedido tras 23 años pero decide volver a la oficina como si no pasase nada: "Me siento responsable"
A pesar de todo, sigue ayudando hasta el final

Imagen de archivo de una oficina / aire images

La historia de Freddy Kristiansen es de lo más curiosa. Ha estado trabajando 23 años en la oficina danesa de Microsoft, ocupando roles diversos durante este tiempo, "desde gestión de programas de grupo hasta evangelista técnico", llegando a ser responsable de producto en la actualidad, hasta que en el mes de mayo lo despidieron repentinamente, aunque este ya se lo podía imaginar, como le contó a Business Insider recientemente. De hecho, asegura que no está para nada molesto y aún sigue acudiendo a su lugar de trabajo un mes después de ser notificado su adiós.
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Es consciente de que "puede parecer extraño aparecer en la oficina después de haber sido despedido, pero todavía tengo un sentido de compromiso con los productos, las personas que los usan y mis colegas", además, todo tiene que ver con la legalidad que ha de cumplirse, ya que "según la legislación danesa, como empleado con más de nueve años de servicio, tengo derecho a un preaviso de seis meses", así que aunque lo han relevado, explica que "oficialmente sigo empleado hasta finales de noviembre".
Su trabajo le satisfacía y su último gran proyecto fue "AL-Go para GitHub, una herramienta que ayuda a nuestros socios a aplicar DevOps, un enfoque de desarrollo de software, en su trabajo diario sin tener que comprender los complejos detalles técnicos", pero Kristiansen dice que desde hace unos cinco años comenzó a soñar con tener su propio negocio. Incluso pensó en marcharse voluntariamente, pero esperó porque tiene un fuerte componente de equipo y siguió trabajando a destajo. Ahora, asegura que es el momento de cumplir sus objetivos.
Planes de futuro
Freddy dice que algunos de sus compañeros "estaban devastados. Les preocupaba lo que les depararía el futuro", pero para él ha sido diferente ahora que se está acercando a los 60 años. "He trabajado muy duro y he hecho muchas horas extras durante los últimos diez años. Pero ahora estoy en una etapa de mi vida en la que ya no quiero trabajar 60 horas a la semana. Parecía el momento adecuado para finalmente hacer realidad mi sueño largamente esperado de trabajar en mis propios términos", y está seguro de que esta nueva etapa le beneficiará.
Valora que ahora podrá dedicarse más tiempo y estar menos estresado al poder establecer su propio horario de trabajo. Y tiene claro qué es lo que va a hacer. "Ahora estoy concentrado en crear un plan de negocios que me permita ofrecer el mayor valor posible a los socios y clientes en el menor tiempo posible. Planeo ofrecer servicios de CTO, gestión de proyectos y tal vez incluso algunas charlas motivacionales, al mismo tiempo que viajo y vuelvo a hacer ejercicio con regularidad", y es que la positividad le inunda: "Desde los despidos, me he recordado a mí mismo que no hay mal que por bien no venga. En danés, decimos: 'Nada es tan malo que no pueda usarse para algo'".
Además, se congratula de no haberse ido por su propio pie porque no habría recibido nada, y después de tantos años de servicio, "tenía derecho a al menos nueve meses de salario", lo que va a usar como base para sus planes de futuro. Mientras tanto, aún tiene tarjeta de acceso a la oficina y su portátil de la empresa, al menos hasta diciembre. "Sigo esforzándome al máximo para ser útil", asegura Kristiansen, quien continúa tratando con clientes y su antiguo equipos, con quien asegura que "si necesitan mi ayuda, responderé a sus preguntas, les daré consejos o cualquier otra cosa que les sea útil. No hay motivo para parar".




