Se compra una casa a 200 kilómetros de su oficina y se acaba el teletrabajo en su trabajo nada más poner un pie dentro

La historia laboral de Nathan Petrie no ha sido nada fácil. Este desarrollador senior comenzó a trabajar en una agencia digital llamada Alphero en 2021, encuadrándose en un equipo con un enfoque más remoto y teletrabajando cuatro días semanales, como explican en la web Stuff. Además, en aquella época aún había restricciones por la pandemia de la COVID-19, por lo que tuvieron condiciones laborales más flexibles e incluso pasaba semanas enteras en casa.

Al parecer, Alphero ya le había manifestado que esa situación no sería para siempre e incluso en la entrevista le habrían indicado que el trabajo remoto no era habitual, así como que, por lo general, se esperaba que los empleados estuvieran en la oficina tres días a la semana. Hasta el momento no habían tenido problemas entre la empresa y el empleado, pero todo comenzó a cambiar cuando en 2023 Petrie tuvo que comenzar la búsqueda de un nuevo hogar.

En diciembre de ese año, este comunicó que le habían aceptado una oferta por una casa en Whanganui (Nueva Zelanda), a dos horas y media de Wellington, capital del país donde se encuentra el centro de operaciones de la empresa. Davinnia Tan, miembro de la Autoridad de Relaciones Laborales, espetó la decepción que tenían con él por no haber contado antes sus planes de mudarse a otra ciudad, porque incurría en un conflicto directo con las condiciones de trabajo.

La compañía, ante esta situación, avisó al desarrollador que no podía respaldar el teletrabajo a tiempo completo, aunque sí le permitieron hacerlo de forma totalmente remota hasta finales de marzo mientras se instalaba en su nuevo hogar. Después de eso, considerarían la relación laboral rota, aunque Nathan no lo veía así. "Si llegamos a marzo y no he encontrado nada, supongo que mientras pueda ir a la oficina un día a la semana (como estoy haciendo ahora), seguiré teniendo trabajo, ¿no? Obviamente, voy a esforzarme al máximo porque el desplazamiento sería un rollo, pero solo me aseguro de que no me dejen sin trabajo", recoge Stuff sobre lo que decía el protagonista.

Resolución del problema

Nathan siguió intentando que su situación de cuatro días de trabajo remoto se extendiera a cinco, ofreciendo que si por cualquier motivo necesitaban que fuera a la oficina de manera puntual solo se lo tenían que hacer saber: "Estaré disponible". Sin embargo, esto no convenció a la empresa, que no solo no aceptó lo que pedía el trabajador, sino que le indicó que a partir de marzo ya no trabajaría ni los cuatro días habituales en casa, sino que tendría que ir tres a la sede como se estipulaba inicialmente en la entrevista.

Así, la relación laboral terminó y Petrie intentó que declarasen el despido como improcedente, pero la autoridad competente determinó que el acuerdo de teletrabajo realmente era temporal y específico habiéndosele comunicado desde el principio, por lo cual no consideraban que Alphero hubiera incumplido sus obligaciones ni las condiciones que se habían expuesto y firmado. Por lo tanto, el cese se considera procedente y ahora Nathan tiene una bonita casa, pero tendrá que buscar otro empleo algo más cerca de ella.