Una experta estudia 200 niños y descubre las 5 frases tóxicas que pueden poner su desarrollo en apuros

Los padres y madres se enfrentan a muchos retos a lo largo de la crianza de los hijos, pues estos pasan por diferentes etapas que afrontan cada uno con sus particularidades, forma de ser y la personalidad que van creando con el paso de los años y experiencias. De esta forma, uno de los escenarios más frustrantes es cuando los pequeños se niegan a escuchar y son desobedientes, haciendo que los adultos pierdan los nervios y esto derive en comportamientos que no son para nada recomendables y que agravarán la situación, así como no son beneficiosos para el desarrollo.

Reem Raouda, coach certificada en Crianza Consciente, escribió un nuevo artículo en CNBC make it hablando sobre las actuaciones a tener en cuenta en esos momentos, apuntando tanto lo que debemos hacer como lo que no. Exponía que "no se trata de controlar el comportamiento de su hijo", sino "de crear las condiciones en las que la cooperación se sienta natural". Esto se explica bajo la premisa de que "los niños prosperan cuando se sienten respetados, emocionalmente seguros e involucrados en el proceso", por lo que hay que evitar las respuestas agresivas o tóxicas.

No hay que tratar la rebeldía como algo que hay que reprimir, sino que "empezamos a verla como una señal: una llamada a la conexión, la claridad o el apoyo emocional", explica la experta. "Cuando respondemos con empatía y liderazgo, en lugar de control y crítica, reducimos las luchas de poder y criamos niños que confían en nosotros, se regulan más fácilmente y se convierten en adultos emocionalmente resilientes", por lo que hay que conocer y desterrar ciertas frases o coletillas que están muy extendidas entre los padres.

5 frases que no hay que decir

Raouda tiene una larga trayectoria donde ha estudiado más de 200 relaciones entre padres e hijos, habiendo descubierto que los tutores que han actuado de la mejor manera y sus vástagos han evolucionado mejor "no recurren a amenazas, sobornos ni consecuencias severas. Usan un lenguaje que incita a los niños a cooperar". Y es que hay ciertos tipos de comentarios "que suelen desencadenar la reacción de lucha o huida del niño, activando la parte del cerebro centrada en la supervivencia en lugar del aprendizaje". Así, aporta algunas frases que debemos evitar en este contexto:

1. "Porque yo lo digo". Esto bloquea la comunicación e indica que hay que obedecer por decreto, sin explicaciones, cuando es mejor exponer el razonamiento aunque sea brevemente para que el niño se sienta respetado. En su lugar, es mejor decir "sé que no te gusta esta decisión. Te lo explicaré y luego seguimos adelante".
2. "Si no escuchas, perderás X privilegio". Esto es una amenaza, lo que hace que los pequeños se pongan a la defensiva, por lo que es mejor utilizar otros argumentos como "cuando estés listo para hacer X comportamiento específico, podemos hacer X actividad deseada". Esta estrategia mantiene firmes los límites y, al mismo tiempo, le da a su hijo la libertad de decidir cuándo está listo para superarlos, apunta la coach.
3. "Deja de llorar. Estás bien". No es bueno ignorar las emociones de los niños porque se le transmite que sus sentimientos son incorrectos, es una invalidación emocional que conduce a la desconexión y a la falta de cooperación. En su lugar, es mejor espetarle algo así como "veo que estás muy molesto, dime qué pasa", así se sentirá escuchado, se calmará más rápido y se generará confianza paternofilial.
4. "¿Cuántas veces tengo que decírtelo?" En su lugar, es mucho mejor decirle "he preguntado sobre esto varias veces. Ayúdame a entender qué te lo está dificultando". Raouda comenta que el replanteamiento invita a la resolución de problemas en lugar de a la culpa, y eso llega a la raíz del problema, de lo contario, puede provocar confusión, desconexión o un retraso en las habilidades del pequeño.
5. "Tú lo sabes hacer mejor que eso". Esto puede llegar a avergonzar al niño y cuestionar su integridad, por lo que es mejor espetarle que "algo te impide dar lo mejor de ti ahora mismo. Hablemos de ello", pasando del castigo a la colaboración, fomentando la autorreflexión en lugar de la actitud defensiva, haciéndole ver que creemos en sus posibilidades y que estamos ahí para ayudarles.