Una anciana de 63 años se hace millonaria gracias a no hacer caso a su marido durante 24 años seguidos
Aunque le instaba que lo dejara, ella no desistió en su empeño

Premios lotería / azatvaleev

Hay quien desiste de jugar a la lotería cuando ve que lleva años haciéndolo y nunca le toca nada, y si tienen suerte, son premios menores que suelen simplemente costear gastos. Renuncian a ese sueño de que le pueda cambiar la vida con un golpe de suerte, y no es algo reprochable, porque las probabilidades son muy bajas si nos fijamos en las estadísticas matemáticas. Sin embargo, hay quien nunca pierde la esperanza y continúa comprando a pesar de que incluso sus familiares le insten a que lo dejen.
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Eso es justo lo que le pasaba a Julie Croker, una mujer de 63 años que invertía 30 dólares australianos al mes (casi 17 euros) en billetes de lotería, mientras que su marido le decía una y otra vez que dejara de hacerlo para poder ahorrar ese dinero. Así estuvieron 24 años en los que jugaba y no ganaba, aguantando los reproches de Bob, su insistente esposo. Pero el tiempo le dio la razón recientemente y su insistencia ha llegado a buen puerto.
Esta mujer ganó el primer premio de la lotería RLS Queensland de Australia, tocándole una mansión valorada en 3 millones de dólares australianos (alrededor de 1,67 millones de euros), con 200.000 dólares australianos (más de 111.000 euros) en muebles y 800.000 dólares australianos (casi 445.500 euros) en oro. La noticia le pilló de imprevisto e incluso en un primer momento pensó que era una broma que le estaban gastando, pero nada más lejos de la realidad, como explicaron en Express.
Una historia de insistencia
Julie es peluquera canina y suele contribuir con causas en defensa de los más desfavorecidos, y resulta que la lotería que compraba destina una parte de la recaudación a apoyar a los veteranos y sus familias en todo el estado y a nivel nacional a través del patrocinio de una serie de programas sociales en materia de promoción, empleo y bienestar, por lo que aunque Bob le insistía en que dejara de jugar, esto también le hacía permanecer firme en su convicción de colaborar de esta forma.
El matrimonio habló con el medio News, donde la mujer contó que no podía creer la suerte que había tenido cuando recibió una llamada telefónica diciéndole que era la ganadora del premio gordo, creyendo en un primer momento que se trataba de una estafa, costándole un poco asimilar la buena nueva. Además, también dijeron que por el momento no están pensando en mudarse a la mansión, sino que vivirán en su actual casa y usarán el dinero disponible para pagar su hipoteca.
Entretanto, tienen claro lo que harán después de eso. Van a vender la propiedad que les ha tocado en la lotería y con lo que saquen creen que podrán vivir el resto de sus vidas. De esta forma, una vez que consigan la transacción, la intención es la de dejar de trabajar y jubilarse anticipadamente, aprovechando este cambio de vida que les ha llegado, entre otras cosas, por la convicción de Julie de aportar su granito de arena a los más desfavorecidos.




