Ni por alegría ni para dar ambiente: descubren el motivo por el que los pájaros suelen cantar al amanecer
El estudio fue realizado en los Ghats occidentales de la India
Maria Igual (EFE)
En los Ghats occidentales de la India, una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta, un grupo de científicos ha desvelado un comportamiento fascinante de las aves: la mayoría prefiere cantar al amanecer. La investigación, publicada en Philosophical Transactions of the Royal Society B, fue realizada por el Laboratorio de Ornitología de Cornell, que eligió esta cadena montañosa —hogar del 30 % de las especies del subcontinente y al menos 325 en peligro de extinción— como escenario ideal para el estudio.
Durante meses, los investigadores colocaron micrófonos en 43 puntos de la selva tropical para registrar los cantos de 69 especies diferentes. El resultado fue claro: aunque hay excepciones, el amanecer es el momento preferido para la mayoría de las aves cantoras. Algunas, como Dumetia atriceps, cantan casi exclusivamente al anochecer, pero otras 20 lo hacen solo al amanecer, y muchas más intensifican sus vocalizaciones a esa hora del día.
¿Qué impulsa este comportamiento?
El estudio explora varias teorías. Una de ellas sugiere que las condiciones del microclima a primera hora (menos viento, temperatura más estable) permiten que los cantos viajen mejor. Otra apunta a que las aves cantan temprano para defender su territorio desde las primeras horas del día. También se plantea que este comportamiento les permite dedicar el resto de la jornada a buscar alimento, o que lo hacen porque sus presas —insectos— también son más activas al amanecer.
Una combinación de factores… y muchas pistas sociales
Según los científicos, la explicación más probable es una mezcla de todas estas razones. Las especies más territoriales utilizan el amanecer para hacerse notar y evitar intrusos, mientras que las aves omnívoras lo hacen para avisar a sus congéneres de la presencia de comida, aprovechando el momento más silencioso del bosque.
Aunque aún quedan muchas preguntas por resolver, el canto matutino de las aves parece estar profundamente ligado a factores sociales y ecológicos. El próximo paso será combinar los datos acústicos con observaciones directas. Por ahora, el viejo refrán “quien madruga, Dios le ayuda” parece tener una sorprendente aplicación también en el reino animal.
