Se activa alerta por gusano carnívoro y arrojan miles de millones de moscas desde aviones para darle caza

Estados Unidos ha puesto en marcha una masiva campaña aérea para frenar la propagación del gusano barrenador, una larva carnívora capaz de matar a una vaca en solo dos semanas. Para combatirla, el país ha optado por una estrategia sorprendente y ecológica: liberar miles de millones de moscas estériles desde aviones sobre las regiones afectadas del sur de Texas y zonas de México.

El método, considerado uno de los mayores logros científicos en control biológico, consiste en esterilizar moscas macho mediante radiación antes de soltarlas. Estas se aparean con hembras silvestres, pero los huevos que estas ponen no se fertilizan ni eclosionan. Con el tiempo, la población de esta especie invasora se reduce hasta desaparecer.

"Es una tecnología magnífica", declaró el profesor Edwin Burgess, de la Universidad de Florida. "Demuestra que se pueden resolver problemas enormes y complejos sin pesticidas ni tóxicos".

La técnica ya se utilizó con éxito en el pasado: entre 1962 y 1975, EE. UU. y México liberaron más de 94 mil millones de moscas estériles, logrando erradicar la plaga de forma temporal. Sin embargo, el problema ha resurgido recientemente, lo que ha obligado a retomar el programa con nuevas inversiones.

El Departamento de Agricultura estadounidense construirá una planta de producción de moscas en el sur de México en julio de 2026 y abrirá un centro de distribución en Texas antes de fin de año, que permitirá importar moscas estériles desde Panamá.

Esta intervención se considera clave para proteger la industria cárnica del país. A diferencia de otras larvas, el gusano barrenador del Nuevo Mundo se alimenta de carne viva: las hembras depositan sus huevos en heridas abiertas de los animales, provocando infecciones mortales si no se tratan a tiempo. Aunque existen tratamientos, estos son costosos, dolorosos y poco eficaces, por lo que el enfoque preventivo resulta más viable.

Afortunadamente, esta especie tropical no sobrevive a los inviernos fríos, lo que facilita la planificación de campañas estacionales para contenerla. Con esta ofensiva aérea, EE. UU. busca cortar de raíz una amenaza que podría tener un alto coste económico y sanitario si no se frena a tiempo.