Vive en un búnker subterráneo de 111,5 metros sin ventanas pero no se mudaría jamás por lo que se ahorra
Dio de casualidad con este sitio y asegura estar enamorada de su vida subterránea

Foto de archivo de un búnker / Wang Yukun

La crisis en el sector de la vivienda está poniendo en jaque a un gran número de familias que ven cómo gran parte de lo que ingresan tiene que ir destinado directamente a pagar alquileres en un momento en el que comprar se ve casi como una utopía. Los elevados precios que se manejan en el mercado hacen que sea insostenible poder conciliar económicamente tener un techo y poder ahorrar, afectando especialmente a los jóvenes. Pero este no es solo un problema de nuestro país.
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Sobre todo en las grandes ciudades del mundo, el montante que hay que pagar por un apartamento es bastante prohibitivo, haciendo que muchas personas tengan que pedir ayuda, compartir piso o vivir con sus padres o familiares, teniendo que hacer encajes de bolillos para optar a una vida digna. Ahí aparece la inventiva del ser humano, que siempre busca soluciones a las vicisitudes que se le presentan e intentan agarrar cualquier oportunidad que vean realmente posible. Así hizo Caitlin Johnson, según recoge Express.
Esta mujer de 44 años tuvo que mudarse de Nueva York en abril de 2024 por trabajo, teniendo que residir en California a partir de ese momento, así que debía buscar una nueva casa. Al llegar, hablando con una amiga suya que vive en Bakersfield salió el tema de que en el patio trasero de su casa tenía un refugio subterráneo, así que se le encendió la bombilla y no se lo pensó un instante, le dijo que le pagaría un alquiler para poder quedarse allí.

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Un lugar peculiar
Al parecer, la amiga de Caitlin adquirió la propiedad en 2022 y se dio cuenta después que el anterior propietario tenía instalado un búnker subterráneo que ha estado inactivo durante algún tiempo. Cuando le comentaron a su amiga sobre esto, les propuso que si podía vivir allí a cambio del mantenimiento del búnker y el jardín y 500 dólares al mes, lo cual aceptaron de buen grado ya que "no lo cuidaban en absoluto", como le dijo la protagonista de esta historia a SWNS. Además, el ahorro es considerable.
En Mirror US explican que ese precio es una ganga en comparación con el alquiler mensual habitual por un apartamento de una habitación en California, que oscila entre 1.500 y 2.000 dólares. Y aunque tiene que estar bajo tierra, le viene muy bien porque su profesión no le da estabilidad para echar raíces en un emplazamiento. "Podría comprar fácilmente en algún lugar, pero mi trabajo cambia constantemente y no sé cuánto tiempo viviré en el mismo sitio", comentaba la mujer, así que ese búnker de 111,5 metros cuadrados le viene que ni pintado.
El lugar cuenta con un dormitorio principal con un baño contiguo, una cocina completamente equipada, una sala de estar, 18 literas, dos baños adicionales y otra ducha. Para entrar tiene que hacerlo por una puerta hidráulica, bajar 15 escalones y pasar junto a una puerta a prueba de explosiones. Y aunque está bajo tierra, Caitlin ha conseguido tener algo de luz natural dejando las puertas abiertas cuando es de día y está allí, aunque pasa casi todo el tiempo fuera por su trabajo. "Sin duda es más duro en invierno, pero trabajo al aire libre la mayor parte del tiempo", explicaba.
"Paso la mayor parte del día trabajando. Vuelvo a casa cuando es de noche, bajo al búnker y no me resulta extraño porque es de noche", y aunque está enamorada de su vida subterránea, asegura que sabe que no es un "hogar para siempre", porque su empleo hace que no sepa dónde acabará en el futuro, pero por ahora seguirá en el búnker como mínimo un año más, que es lo que ha acordado con su amiga recientemente.




