"No dejaron un animal, era un miembro de la familia": un niño habla claro del abandono de la mascota familiar
La historia de un chico y su perro que demuestra las consecuencias del abandono

Niño con su perro / Ariel Skelley

Las mascotas son fieles compañeras y se convierten en unas más de las familias, pero realmente suponen un esfuerzo para los dueños, que tienen que estar muy pendientes de ellas para un correcto cuidado y que vivan de la mejor manera, teniendo pues que invertir bastante tiempo y dinero. Por desgracia, no todo el mundo asume estas responsabilidades cuando adopta a un animal, llegando hasta a la infame decisión de abandonarlos cuando se interponen en sus planes, desechándolos como si de un objeto se tratasen.
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Antonio Alarcón, delegado provincial de GEACAM en Cuenca y encargado de la coordinación del albergue provincial de la Diputación conquense, hablaba el pasado año con Radio Azul de Cadena SER y apuntó que en la época de verano ocurren muchos más abandonos que durante el resto de meses. "Hay un porcentaje de la sociedad que, cuando se va de vacaciones, le molesta la mascota", comentaba dando datos como que "en el mes de julio e incluso junio sigue habiendo perros que los abandonan en la gasolinera, el área de servicio o a la orilla de un pueblo por el que pasan, eso se sigue dando".
Sobre este tema habló también la web Mika Conduite, donde recogieron una historia concreta para abordar la problemática del abandono. Explicaban que estos hechos se suelen dar por diversas razones, vinculadas normalmente a cambios en la vida de los dueños como mudanzas, problemas económicos o falta de tiempo. Y en dicho medio secundan lo que comentaba Alarcón sobre la época de verano como momento donde los refugios se saturan rápidamente, con lo que ello conlleva en cuanto a la disminución de recursos para el cuidado de los animales.

¿Cómo están viviendo el verano las protectoras de animales?
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Maxime y Rocky
Como se ha mencionado, en Mika Conduite han contado la historia personal de Maxime, un niño de 10 años que vio cómo, bajo la presión de circunstancias difíciles, su familia tuvo que abandonar a su perro Rocky. El chico se había criado con él y recuerda perfectamente el día en el que le contaron que ya no podía formar parte de la familia, siendo un duro golpe para el pequeño, quien contaba con ojos llorosos que "dijeron que era lo mejor para él". Pero no lo convencieron y todavía no comprende la situación: "No lo entiendo. Para mí, Rocky era mi hermano".
Y es que el chico dice que "no dejaron un animal, era un miembro de la familia", algo que deja de manifiesto cómo la salida de una mascota de un hogar no solo afecta a esta, sino también a los miembros más jóvenes del núcleo, que a menudo suelen tener una conexión especial con ellas considerándolas amigas, confidentes y fieles protectoras. La buena noticia es que Rocky no fue abandonado en la calle, sino que ha sido reubicado.
Ahora el labrador tiene ya una nueva familia, cosa que aunque palia un poco el dolor de Maxime, no termina de consolarle del todo. "Me alegro de que haya encontrado un hogar, pero lo extraño cada día", manifestaba el niño, quien espera volverlo a ver alguna vez. De esta manera, se expone con un caso concreto las consecuencias que se generan a la hora de despedirse de una mascota, teniendo aún que hacer un gran trabajo de concienciación y búsqueda de soluciones en lo que a los animales domésticos se refiere.




