La familia instala la piscina en la terraza, mete un poco de agua de más, el hormigón cruje y arranca el desastre
Este hecho ha ocurrido en Palma de Mallorca


Una familia de Palma de Mallorca decidió refrescarse este verano con una piscina portátil en su terraza. Lo que no sabían es que estaban a punto de poner en jaque la estructura del edificio entero.
Primero fueron unos crujidos en el hormigón. Luego, una ligera deformación en el forjado. Los vecinos, alarmados, llamaron a la policía y a los bomberos. Cuando llegaron, el diagnóstico fue claro: la estructura estaba cediendo. ¿La razón? Una piscina hinchable llena hasta arriba: nada menos que seis toneladas de agua en la azotea del edificio.
Según informa el medio Última Hora, los bomberos actuaron de inmediato para vaciar la piscina, que medía 4,5 metros de largo por 1,1 de alto. La carga, evidentemente, excedía con creces lo que una terraza residencial puede soportar.
El peligro de improvisar sin permiso
Muchas terrazas y balcones no están diseñados para soportar el peso de una piscina, por muy tentadora que parezca la idea. Las piscinas con una altura superior a 1,5 metros o más de 10 metros cuadrados de superficie pueden requerir permiso municipal, dependiendo del ayuntamiento.
Además, llenar una piscina también tiene sus normas: si se usa agua de una boca de riego, se necesita autorización y material específico. Las tasas pueden ir de los 20 a los 50 euros, más el coste del agua.




