Una psicóloga revela la frase aparentemente inocua que revela un trauma infantil
Lo que vivimos en el pasado tiene eco en nuestro presente y futuro
Child protection. The girl is sitting on the floor and crying. Insecurity, bullying of children. Flat design. Bullying, harassment of children. Abstract illustration. / Yurii Karvatskyi
Lo que pasa en la infancia tiene eco en el resto de la vida de las personas, pues es ahí cuando se crea nuestra personalidad, sobre todo cuando somos más pequeños, y ciertas situaciones pueden marcar para siempre y traer cierto tipos de problemas en el futuro. Son heridas muy difíciles de sanar puesto que incluso hay veces que no sabemos que las tenemos, apareciendo más tarde en la edad adulta y de forma impredecible. Son daños que tenemos interiorizados y que requieren un gran trabajo subsanar.
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En la web Jounal des Femmes abordan este tema hablando con Christine Calonne, psicóloga de Namur, quien comenta que "un detalle trivial, un sonido, un olor, una palabra pueden convertirse en un detonante que despierte en nosotros emociones, sensaciones, pensamientos o comportamientos directamente vinculados con este sufrimiento pasado". Habla de reactivaciones que suelen ser malinterpretadas por quien las vive, pero que son señales de que nuestro pasado influye en nuestro presente. Y hay varios comportamientos o frases que denotan esta problemática.
La experta comenta que un adulto herido en la infancia suele mostrar una culpa excesiva, dejando como ejemplo comportamientos recurrentes como disculparse por todo o por nada, así como tener la creencia propia de que todo es culpa suya. Igualmente, estos individuos normalmente acatan los deseos de los demás sin rechistar aunque vayan en contra de los suyos, todo por evitar el sufrimiento de entrar en una disputa que creen que no aguantarán, aceptando todo porque piensan que no merecen nada. Y, como apuntaron, hay una serie de frases para detectar estos comportamientos.
Psicología con Emilía Cabanes
Frases de alerta
Calonne señala algunas que a menudo delata un trauma reprimido, siendo una de las más recurrentes la de "no importa, hay cosas peores", la cual, aunque parece inofensiva, "es en realidad un poderoso mecanismo de protección, una forma de minimizar la intensidad de las propias emociones y sufrimiento". La psicóloga habla de una medida de protección minimizando la intensidad de la emoción. Pero no es la única que nos debe poner alerta como indicativo de problemas que son mucho más profundos de lo que parecen.
"No estoy a la altura" o "no lo lograré" son manifestaciones de una falta de confianza y autoestima acuciante, así como decir constantemente "no merezco este regalo/cumplido" es una señal de que hay una dificultad manifiesta para aceptar el amor y la bondad, pues "esto se debe a que se está protegiendo del dolor de haberlo perdido". Es, por ende, necesario prestar atención y ayuda cuando detectemos este tipo de comportamientos, porque aunque no lo expongan directamente, estas personas necesitan ayuda y empatía, no solo por parte de los profesionales.
Explican en el artículo que, al tratar con un ser querido herido, es necesario practicar la escucha activa. Hay que animarlo a verbalizar sus sentimientos, reconocer sus logros y revalorizarse. Calonne dice que "se trata de brindarle todo el apoyo que no tuvo en el momento del trauma", aunque igualmente es recomendable consultar con profesionales para incidir más profundamente en estos problemas. El objetivo es que alcancen estabilidad emocional, que identifique los recursos que utilizó para sobrevivir en el pasado y revivir y transformar los recuerdos que le generaron el trauma.