Durante 100 años este mamífero no da una sola señal y en 2025 hace un regreso inesperado de 320 kilos
Reapareció cuando se daba por perdido

Tapir / Staffan Widstrand

Una de las cosas más dolorosas que esconde la naturaleza es la desaparición de especies en ciertos lugares o, en el peor de los casos, de la faz de la Tierra. Algo así había ocurrido en las selvas de Río de Janeiro, donde durante más de un siglo vieron cómo el tapir (Tapirus terrestris), uno de los grandes mamíferos más misteriosos de la Sudamérica tropical, como define Banking News, se fue sin dejar rastro. De hecho, su último avistamiento en la región fue en 1914, por lo que se temió lo peor.
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Los expertos lo consideraron extinto en la zona y su búsqueda se paralizó por haber perdido la esperanza de volver a ver uno, pero la vida tenía una gran sorpresa. En enero de 2025, cuando nadie lo esperaba, unas cámaras trampa en el área forestal protegida de Cuiabébé, en el sureste de Brasil, captaron unas imágenes impresionantes y aún más inesperadas. Aparecieron un tapir adulto y dos cachorros, haciendo explosionar todas las previsiones que se tenían y abriendo una nueva vía que parecía totalmente enterrada.
Esto es tan increíble como lo cercioran los datos, y es que es el primer avistamiento confirmado de la especie en el estado de Río de Janeiro en 111 años. La última vez que se vio fue en el parque nacional Serra dos Orgos en 1914 y, ante la desaparición asumida, nunca se implementó ningún programa de reintroducción en la zona. Este evento ha sido denominado por los científicos como un "milagro ecológico". Marcelo Kupello, biólogo del Instituto Estatal del Medio Ambiente (INEA), manifestó que "la reaparición espontánea de los tapires demuestra que los bosques de Río han recuperado la capacidad de albergar a los grandes mamíferos".
El "jardinero del bosque"
En Banking News comentan que el tapir es el mamífero terrestre más grande de Sudamérica, con un peso de hasta 320 kilogramos, pero a pesar de su gran tamaño suele moverse de noche y vive discretamente en bosques densos, intentando evitar por todos los medios la presencia humana. Pero eso no es todo, sino que aseguran que tiene un papel clave en el ecosistema, un motivo más por el que los ambientalistas están entusiasmados con su regreso a Río de Janeiro.
Es conocido como el "jardinero del bosque" gracias a su capacidad de dispersar las semillas de las plantas a largas distancias. Su alimentación se basa en la ingesta de frutas, hojas y brotes, lo que produce que a través de sus heces se fomente la regeneración natural de la flora en nuevas áreas, de ahí que se le atribuya esa 'profesión' en el entorno donde se encuentra. Vemos que solo trae grandes esperanzas consigo. Se puntualiza que con su cuerpo robusto abre caminos a través de la vegetación densa, lo que permite que otros animales puedan utilizar esas rutas sin problema, así que se considera un "modelador" natural del bosque.
Sin embargo, la desaparición del tapir de Río de Janeiro no fue accidental y su entorno ha cambiado drásticamente en todo este tiempo, con situaciones como la deforestación masiva de los bosques atlánticos, la expansión de la agricultura y las ciudades, la caza furtiva o la destrucción de los corredores naturales de migración, retos a los que se debe enfrentar a diario. Los datos dicen que aunque en ese entorno brasileño se consideraba extinto, este sí que sobrevivió en la Amazonía, Bolivia y otros lugares.




