Un estudio analiza el auge de los hijos únicos en España y los hallazgos contradicen teorías centenarias
A pesar de los estereotipos, los datos sugieren cosas diferentes

Padres e hijo (Getty Images)

El nivel de vida actual y los problemas estructurales a los que se enfrenta el ser humano en estos tiempos hacen que los tipos de familias hayan ido modificándose. Además de la manera de agrupamiento de ellas, hay una tendencia que ha cambiado bastante en los últimos años, predominando los núcleos de un solo hijo, todo sustentado en gran medida por las dificultades económicas acaecidas por los incipientes gastos generales que se incrementan por cada vástago que se tiene.
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En este sentido, España ha dado un vuelco a los datos de antaño, donde las familias solían tener varios descendientes, para colocarse en ese grupo predominante de las que tienen hijos únicos. En The Olive Press han abordado este tema haciendo referencia a que la tasa de natalidad en España se desplomó a solo 1,12 hijos por mujer en 2023, algo que se manifiesta en los datos que dicen que es el segundo país de la Unión Europea con la tasa de natalidad más baja.
Apuntan que el aumento de los costes por cada niño, que según datos de Save the Children ascienden a una media de 758 euros mensuales, ha propiciado que el tamaño de las familias se reduzca, con las consecuencias que durante años se nos han ido vertiendo sobre las características que desarrollan los niños que crecen sin hermanos. Sin embargo, en ese artículo destacan una investigación que definen como "pionera" que ha combinado 141 estudios para destruir esos estereotipos extendidos durante años.
Estereotipos y realidades
Citan a los investigadores Denise Polit y Toni Falbo, quienes en 1987 arrojaron en un estudio cómo los niños sin hermanos obtenían puntuaciones significativamente más altas en motivación de logro y ajuste personal al compararlos con otros que crecían acompañados, aunque siempre ha estado la sombra de la socialización sobre ellos. En este sentido, recogen las aseveraciones de la psicóloga perinatal Raquel Huéscar, quien dice que realmente no hay motivos para creer que este es un factor clave.
"No hay garantía de que los niños con hermanos se socialicen bien, ni de que los hijos únicos tengan problemas para hacerlo. La complejidad del ser humano depende de muchos factores", manifestaba la experta. De hecho, según explican en The Olive Press, la política china de hijo único que estuvo instaurada 36 años dio lugar a varios estudios que revelaron que los niños que crecieron con hermanos presentaban porcentualmente mayor grado de soledad de manera general, destruyendo el mito del aislamiento de los hijos únicos.
El psicólogo social Toni Falbo, dedicado al campo del desarrollo infantil, decía que los estereotipos sobre los hijos únicos "son parte del sentido común, pero no se corresponden con los hechos", a pesar de que otras figuras relevantes de la psicología dijeran en la antigüedad que, a menudo, estos solían ser egocéntricos y siempre en buscan de aprobación. Sin embargo, los recientes estudios dejan de manifiesto que el único condicionante que ven con respecto a las situaciones de esos niños es que cargan con todo el peso de las expectativas de sus padres.




