El joven que borra grafitis de los muros de Roma: "Si haces un desastre, yo daré ejemplo"

El arte urbano ha tenido que lidiar siempre con la persecución de las autoridades porque, sobre todo en el mundo del grafiti, los que lo realizan normalmente hacen murales en lugares no autorizados. En los últimos años ha habido mucho más reconocimiento en esta modalidad, pero el seguimiento y retirada de lo que suelen llamar pintadas continúa, aunque en la actualidad se organicen zonas para ello, convenciones, exposiciones y proyectos para que los artistas puedan plasmar sus obras.

Igualmente, hay ciertas acciones que son consideradas como vandalismo, más cuando se hacen en lugares emblemáticos o históricos que tapan las características de edificios o monumentos protegidos, procediéndose a su retirada, a veces incluso de manos de personas voluntarias. Así comenzó Valerio Tuveri, un influencer italiano de 28 años que es conocido en redes sociales como 'El chico que limpia Roma: "Quito todo tipo de suciedad de monumentos, sitios y edificios históricos, no solo rótulos, grafitis y escritos", manifiesta en declaraciones recogidas por Leggo.

"Roma está formada por lugares antiguos únicos; intentamos respetarla cuidándola", dice Tuveri, quien expresa que el cariño por su ciudad lo ha llevado a intentar cuidarla, hasta el punto de definir ese amor como "tóxico". No puede tolerar que esta sea "sucia y caótica", y hace una reflexión sobre los motivos por los que se encuentra de esta forma. "Es así porque la gente no la respeta. Y la degradación genera degradación. Mi objetivo es ayudar a mi comunidad a comprender que debemos amar y preservar lo que hemos heredado, y no obligar a otros a admirar un sitio desfigurado. El cambio es posible si empieza por cada individuo, si cada uno empieza a pensar diferente", explica.

Últimamente, Valerio estuvo limpiando la base de San Miguel Arcángel, una escultura de 1544 de Raffaello da Montelupo, discípulo de Miguel Ángel, un encargo que le vino de cara a la preparación para el evento de Dolce & Gabbana 'Alta Sartoria', que se llevaría a cabo en el Castillo de Sant'Angelo, donde se encuentra la escultura, escriben en Leggo. Porque después de que se diera a conocer con su compresor y chorro de arena, han solicitado sus servicios muy a menudo, sacando también rendimiento profesional a lo que en principio fue un acto de decoro desinteresado.

Problemas desde la infancia

El influencer lleva realizando estas acciones desde los 19 años, cuando se enfundó en su traje protector con su máscara, orejeras, guantes y chorro de arena, pero estas actividades le han generado también algunos problemas, reconociendo que le llegan mensajes amenazadores. "En los videos que publico para concienciar a mis compañeros, han escrito de todo: 'Muérete, cabrón', 'Quizás te despiertes frío', 'Eres un fascista'. Esto se debe a que borro grafitis que desfiguran lugares preciosos y monumentos antiguos", explica.

Cree que pasa porque no entienden el trasfondo, ya que "quienes comentan así solo ven un trabajo remunerado como muchos otros. No entienden el mensaje que hay detrás". Pero, por desgracia, está acostumbrado a la presión social. Valerio contó su historia personal desde la secundaria, cuando recibía un trato vejatorio de sus compañeros por tener sobrepeso. "Tres años malos, sin amigos, porque estaba gordito y tartamudeaba. Me decían '¡Gordo de mierda!', '¡Mira qué barriga tienes!'. Tardaba 10 minutos en pronunciar una palabra, así que en clase, cuando nos turnábamos para leer en voz alta, la profesora me saltaba. No podía perder el tiempo conmigo".

Todo cambió cuando en bachillerato su cuerpo cambió, perdió 20 kilos y "gracias a dos nuevos amigos que me aceptaron tal como era, me sentí más tranquilo mentalmente, gané confianza y las cosas mejoraron". A partir de ahí comenzó su historia, pues "quería plasmar mis palabras en los vídeos, aunque fue increíblemente difícil, un acto de valentía superar ese pasado". Desde entonces ha querido hacer algo por su ciudad y, con la experiencia que tenía, ha sabido aguantar la presión de sus detractores en redes sociales. Si bien, asegura que respeta mucho el arte urbano y le gusta, pero siempre que no dañe la historia de su entorno: "Si haces un desastre, yo daré ejemplo"