Este es uno de los árboles más infravalorados: fácil de cuidar, de rápido crecimiento y floración más veloz

Los amantes de la jardinería siempre están dispuestos a añadir algo nuevo a su entorno para que luzca de la mejor manera posible. Están investigando o preguntando continuamente para ver cuáles son las especies que mejor les vienen dadas las características de sus jardines y las de las plantas, arbustos y árboles, adaptándose a lo que ya tienen cultivado para preservar su salud. Esto es primordial, porque no siempre son compatibles unos con otros.

Y una de las cosas que más se suelen buscar son tipos que no requieran cuidados excesivos, sobre todo para aquellos que son aficionados y no profesionales. Así, Linda Pötzsch escribía su experiencia en Bild der Frau cuando dijo que estaba pensando en añadir un nuevo árbol a su jardín, habiendo ido al centro de jardinería con la intención de adquirir un manzano o un cerezo, pero allí encontró otro árbol que le pareció totalmente ideal. Se trataba del Amelanchier lamarckii.

La autora explica que es un árbol no nativo de Alemania, donde reside, siendo originario de Norteamérica, y tenía todo lo que estaba buscando. "Florece, crece rápido y es muy fácil de cuidar, incluso en invierno", así que no dudó en llevárselo a casa para plantarlo. "En primavera, luce sus flores estrelladas y arqueadas. Y en otoño, sus hojas se tornan de intenso amarillo, naranja y cobre", se maravilla Linda.

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Virtudes del Amelanchier

Lo que más le gusta del Amelanchier es "su completo conjunto". Como explicaba, en primavera, florece con flores blancas en forma de estrella, mientras que en verano, da frutos comestibles, que también disfrutan los pájaros. "En otoño, se revitaliza de nuevo, cambiando su follaje", por lo que le maravilla que con él siempre hay cosas nuevas que descubrir casi todo el año, siendo perfecto para que el jardín siempre luzca diferente gracias al juego que otorga con sus constantes cambios estacionales.

En cuanto a sus características específicas, este puede crecer de 30 a 50 centímetros en un año, y si está sano y marcha todo de la manera correcta, puede alcanzar de cuatro a seis metros de altura. Aunque, sin duda, lo que más encandiló a la autora es que requiere cuidados mínimos, ya que "basta con un lugar soleado, suficiente agua durante el primer año y una poda regular".