Una cría de foca en pleno viaje de descubrimiento aparece de repente en el jardín de esta familia
Sorpresa mayúscula cuando salieron y vieron al pequeño animal

Imagen de archivo de una foca pequeña / GlobalP

Imagínate que sales tranquilamente a tu jardín y de repente encuentras allí parada a una cría de foca. Parece algo totalmente improbable en cualquier escenario mental que nos planteemos, pero es lo que le pasó a una familia alemana. Según informan en Tagesschau, el pasado 12 de julio, en Tating, en el distrito de Frisia Septentrional (Alemania), Anneke Klützke se vio envuelta precisamente en esa situación inusual.
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Ella salió a dar de comer a los gansos que tienen en su propiedad, pero además de ellos descubrió un pequeño visitante inesperado. "Cariño, creo que estoy completamente loca. Hay una foca en el jardín", le dijo a su marido, según cuenta en una entrevista con NDR Schleswig-Holstein, donde explican que creen que la cría aparentemente había viajado desde el Mar del Norte hasta la propiedad familiar en busca de alimento, y este es un recorrido para nada desdeñable.
Barruntan los expertos que podría proceder de Tümlauer Koog, donde hay muchas focas, y dependiendo del camino que hubiera elegido el animal, este habría recorrido entre uno y medio y tres kilómetros hasta llegar allí. Obviamente, una vez descubierto, llamaron a personal especializado, concretamente al del Santuario de Focas de Friedrichskoog, que posteriormente fue a casa de Klützke para recogerlo y llevárselo provisionalmente a sus instalaciones.
El futuro de la foca
El animal se encuentra en el Santuario de Focas de Friedrichskoog, como se ha indicado, desde donde una portavoz comentó que creen que se trata de una hembra de entre 10 y 14 días. Por el momento permanecerá allí en cuarentena y recibiendo tratamiento por una infección umbilical que presenta, hasta que esté lista para ser liberada en el Mar del Norte. Desde el santuario están convencidos de que la pequeña habría estado 'de viaje' entre dos y tres días, de ahí que tenga que recibir ciertos cuidados para que recupere fuerzas.
Y en lo que respecta a Klützke, manifiesta que para nada fue un susto para la familia, al revés, sus hijos querían incluso quedársela y tuvo que explicarles que no era posible, porque "necesita algo para nadar y también mucho pescado para comer". Ante ello, sus hijos contratacaron, pues "el mayor estaba dispuesto a sacrificar la piscina infantil. Y el pequeño ya iba camino a comprar un paquete de palitos de pescado", sin embargo, los esfuerzos no dieron sus frutos y, como es lógico, la foca volverá a su hábitat natural.




