Esto es lo que dice la ley si un jefe empieza a gritarte
El acoso laboral es una cuestión demasiado recurrente

Acoso laboral / Getty Images

Hace casi dos años, en Cadena SER se publicó un reportaje sobre el acoso laboral, una lacra que con los datos manejados en ese momento se plasmaba que una de cada cinco personas lo sufre. Más concretamente, en España el 15% de los trabajadores han vivido alguna situación de esta índole, mientras que en el mundo hay 743 millones de empleados que lo han sufrido alguna vez en su vida, según los resultados del sondeo realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Más información
Así, se pudo ver que el maltrato psicológico es el tipo de acoso más común, habiéndolo experimentado el 17% de los encuestados. Esta es una situación bastante peliaguda, ya que es prácticamente invisible tanto para los compañeros, los jefes y hasta para las propias víctimas, que llegan a normalizar tanto estas situaciones como el ambiente tóxico donde se encuentran, todo disfrazado de naturalidad por la búsqueda de rendimiento y objetivos. Sin embargo, puede haber consecuencias graves en las personas, llegando a ataques de pánico, ansiedad, estrés y vergüenza.
En este sentido, hace poco más de un año, Daniel Ramos Illanes, abogado laboralista, publicó un artículo en su sitio web donde marcaba las pautas a seguir en este contexto. El título es bastante significativo, pues rezaba directamente 'denunciar a tu jefe por gritos', indicando en su introducción que "a veces las líneas entre la supervisión estricta y el abuso verbal se cruzan, llevando a los empleados a preguntarse si pueden demandar a su jefe por gritarles", ofreciendo una guía que incluye "definiciones legales, derechos de los empleados y los pasos a seguir si te encuentras en esta situación".

El acoso laboral, la cara oculta de la violencia
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Para ello, comienza definiendo lo que es acoso laboral o mobbing en términos legales, diciendo que "se refiere a cualquier conducta continuada y reiterada en el tiempo que tenga como objetivo o efecto atentar contra la dignidad del trabajador, creando un entorno intimidante, degradante o humillante". Así, puntualiza que un incidente aislado no constituye ese abuso, pero "si los gritos son frecuentes y forman parte de una conducta continuada que degrada o causa daño psicológico al trabajador, puede ser considerado como acoso laboral", dando una serie de ejemplos sobre ello:
- Gritos constantes y repetitivos que humillan al trabajador
- Insultos o comentarios despectivos reiterados
- Amenazas constantes de despido sin motivo justificado
- Hostigamiento continuo en presencia de otros empleados
Derechos, procedimientos y posibles sanciones
El abogado explica que si nos vemos envueltos en este contexto, tenemos varias opciones legales y pasos a seguir. Comienza diciendo que "es crucial llevar un registro detallado de cada incidente", por lo que insta a anotar fechas, horas, palabras exactas utilizadas, así como tener a mano testigos. También podemos presentar una queja formal al departamento de Recursos Humanos, siempre por escrito y quedándonos con una copia del documento. Y en lo puramente personal, recomienda buscar ayuda psicológica para paliar los daños sufridos.
"Un abogado especializado en derecho laboral puede ofrecerte asesoramiento personalizado y ayudarte a determinar si tienes un caso sólido para una demanda", conviene el letrado antes de dar los pasos a seguir si se decide interponer dicha demanda. Esta debe presentarse ante la Inspección de Trabajo para que investiguen, reuniendo también todas las pruebas posibles, desde registros de tus quejas a RRHH o testimonios de compañeros de trabajo hasta informes médicos o psicológicos. Si hay indicios de que el acoso es real, es el momento de buscar un profesional para que lleve a cabo el proceso.
Afirma que en situaciones graves, se puede solicitar la rescisión voluntaria de tu contrato con derecho a indemnización. Además, indica las posibles consecuencias que pueden tener los jefes que ejercen estos abusos. La empresa puede ser multada significativamente por no cumplir con las normativas de prevención de riesgos laborales, así como el empleado puede reclamar suplementos indemnizatorios por daños y perjuicios, "incluidos los daños psicológicos y físicos sufridos". Una vez que se demuestre todo, "la empresa puede ser obligada a implementar medidas correctoras para prevenir futuros casos de acoso".




