Los turistas vuelan durante casi 10 horas para ver la atracción principal del país y la decepción es mayúscula

Cuando hacemos un viaje, lo normal es que nos hagamos una pequeña programación de los lugares que nos gustaría visitar, ya sea porque se ajustan a nuestros gustos personales o simplemente porque son los más reconocibles o famosos de las ciudades en las que nos vamos a instalar durante unos días. Hay grandes reclamos en cada sitio, pero a veces el 'timing' escogido por los viajeros no es el adecuado y se encuentran con ciertos problemas en el momento que desembarcan, por diferentes motivos.

Es algo que ha ocurrido en Dinamarca, donde la Plaza del Senado de Helsinki está en renovación. Explican en MTV Uutiset que la Catedral ha sido cubierta y su fachada cercada con vallas de hormigón, ya que en ese emplazamiento se van a construir una serie de centrales eléctricas subterráneas, pozos de agua y un nuevo alcantarillado, con el objetivo de facilitar la organización de eventos en el futuro, así como mejorar las infraestructuras básicas.

Estos trabajos se realizarán por fases hasta noviembre, pero la gente se pregunta el motivo por el cual se ha esperado a estas fechas donde el turismo se intensifica. En Helsingin Uutiset abordaron esa cuestión, la de por qué las obras no empezaron en primavera, a lo que les respondieron que la plaza estaba reservada para un evento de las fuerzas de defensa. En este sentido, apuntan que las escaleras finalizarán antes del Festival de Helsinki, en agosto, según la directora del equipo de construcción del proyecto, Annina Mattsson.

Turistas molestos

Y ahí viene el problema, la plaza y la catedral son grandes atractivos turísticos y los visitantes se encuentran con que no pueden disfrutar de ellos, como explicaron algunos a los que entrevistaron desde el medio MTV. Uno de ellos se llama Young Cho, quien llegó desde Corea del Sur y manifestó su profunda decepción: "Volamos hasta aquí durante 10 horas y ahora sólo hay una fotografía encima de la iglesia", comentaba el hombre, pero no es el único al que le ha ocurrido.

Kristina Almén es sueca y comentó que le habría gustado llevarse a casa una fotografía de la iglesia real como recuerdo, sin embargo, ahora se marcha diciendo que no sabe "realmente cómo es esto". Otros, como Henrik Carøe Gjellebøl, son más comprensivos con las remodelaciones y mantenimiento: "Entiendo que el entorno necesita reparaciones de vez en cuando. Sería bueno ver esto cuando la renovación esté terminada", instando los que piensan así a poder disfrutar de otros lugares de la ciudad que también son dignos de visitar.