Un agricultor ofrece más de 500 toneladas de patatas gratis e invoca cientos de personas con los maleteros vacíos y listos
Este hecho ha ocurrido en Francia

Patatas. / Christoph Wagner

En Gigny-Bussy, Francia, una montaña de patatas se ha convertido en el inesperado símbolo de la generosidad rural y la lucha contra el desperdicio alimentario
Desde mediados de julio, un campo situado en las alturas de Gigny-Bussy (departamento de Marne, Francia) se ha convertido en destino improvisado para cientos de personas. ¿El motivo? Un agricultor local ha dejado a disposición de quien lo desee más de 500 toneladas de patatas sin vender, antes de proceder a su destrucción.
La escena es insólita: coches, furgonetas y remolques desfilan por un camino rural, se detienen frente a un monumental montón de tubérculos, y los visitantes llenan bolsas, sacos o incluso maleteros enteros. “Las patatas no están baratas —explica Christophe, de 68 años, mientras llena su coche con la ayuda de su familia—. Si puedes conseguirlas gratis, ¿por qué no hacerlo?”.
Según la alcaldesa de Gigny-Bussy, Pascale Chevallot, el agricultor, que posee tierras en Aube y cultiva en Marne, no encontró salida comercial para estas toneladas de patatas aún comestibles. Para liberar espacio en sus almacenes ante la inminente nueva cosecha, decidió ofrecerlas a la población. “Luego se esparcirán por el campo”, añadió la regidora.
La noticia se ha difundido rápidamente, atrayendo tanto a vecinos necesitados como a curiosos o comerciantes. Dylan, un residente de Saint-Dizier, recuerda cómo hace dos años recogió 600 kilos para almacenarlos con paja en su sótano. “Se conservan bien”, afirma mientras carga su coche hasta el límite. “Mientras no roce el suelo, seguimos cargando”.
Aunque muchos acuden para abastecerse para uso doméstico, otros han encontrado aquí una oportunidad de negocio: “Algunos los revenden a 15 euros el saco de 20 kg. Han venido varias veces esta semana”, comenta Marion, de Landricourt, sorprendida por el trasiego.
No es un caso aislado. Christine, vecina del lago du Der, cuenta que “hace diez días también recogí patatas en Sapignicourt. Es una iniciativa maravillosa: evita el desperdicio y permite que todos se beneficien”.




