El método 3-3-3 para guardar hasta todo tu armario dentro de una maleta pequeña para tus vacaciones de verano
Esta solución se ha hecho viral en redes sociales

Turistas con maletas en Cádiz / EP

A las puertas de unas esperadas vacaciones, el entusiasmo a menudo se ve eclipsado por una escena familiar: una maleta que no cierra, ropa que se acumula “por si acaso” y la sensación de que llevas media casa encima. Si este caos previo al viaje te resulta conocido, las redes sociales tienen una solución viral y minimalista: el método “3-3-3”.
El concepto, difundido por creadores de contenido y recomendado por la edición estadounidense del HuffPost, es tan sencillo como eficaz: tres prendas superiores, tres inferiores y tres pares de zapatos. La clave está en que estas piezas puedan combinarse entre sí, lo que te permite crear fácilmente una docena de conjuntos con tan solo nueve artículos, ocupando muy poco espacio en tu equipaje de mano.
¿Cómo aplicar esta regla sin sacrificar estilo?
La influencer de moda Krista Lavrusik, en declaraciones a Le HuffPost, desglosa cómo aplicar la regla. Primero, elige tres pantalones versátiles y cómodos, combinando colores neutros y alguno más claro o llamativo. Luego, selecciona tres partes de arriba distintas y fácilmente combinables: una camiseta básica, una camisa y un jersey o prenda más arreglada, por ejemplo. Para el calzado, la elección depende del tipo de viaje, pero suele incluir zapatillas cómodas, un par elegante y unas chanclas o sandalias.
¿Quieres añadir un vestido o una chaqueta? No hay problema. El “3-3-3” no es rígido, sino un punto de partida para evitar el exceso sin renunciar a la funcionalidad.
Más allá de la ropa: los accesorios marcan la diferencia
Según Lavrusik, accesorios como bufandas, cinturones y sombreros pueden transformar completamente un look sin ocupar apenas espacio. También recomienda apostar por colores neutros en las prendas base y añadir un toque de color con los complementos.
El mayor reto: vencer el “por si acaso”
Los expertos coinciden en que lo más difícil no es reducir, sino resistirse al miedo de olvidarse algo esencial. La solución: consultar el pronóstico del tiempo, pensar en actividades reales y confiar en que, si algo falta, siempre se puede improvisar en el destino.
Con el método “3-3-3”, hacer la maleta deja de ser un suplicio y se convierte en una estrategia inteligente para viajar ligero, práctico y con estilo. Una buena forma de empezar las vacaciones sin estrés… y con espacio para algún recuerdo a la vuelta.




