La actividad aparentemente inofensiva que puede acabar en multa de 150.000 euros si vas a las playas francesas este verano
Dichas playas atraen cada verano a millones de turistas

Andia

Las playas francesas, desde las icónicas arenas de Biarritz y Saint-Malo hasta las impresionantes costas de Étretat o Pampelonne, atraen cada verano a millones de turistas. Pero disfrutar de ellas también implica respetar unas normas muy estrictas que buscan proteger su frágil ecosistema.
Aunque el Código Ambiental francés establece que “el uso de las playas es libre y sin restricciones”, ciertas prácticas están totalmente prohibidas. Por ejemplo, desde el 1 de julio de 2025 no se puede fumar en la arena. También está vetado llevarse arena, conchas o guijarros: una infracción que puede costar 1.500 euros.
Pero hay otra actividad mucho más habitual que puede salir cien veces más cara. Se trata de arrancar flores o plantas que crecen junto al mar.
Estas especies están clasificadas como protegidas y su recolección puede acarrear hasta 150.000 euros de multa y tres años de prisión por “perjudicar la conservación de especies vegetales no cultivadas”, según el artículo L415-3 del Código de Medio Ambiente.
En cambio, sí está permitido recoger madera a la deriva o vidrio esmerilado, ya que su retirada ayuda a limpiar las playas.




