Alertan de la espiral de gastos que puede desencadenar este hábito muy común con los muebles de casa
Este hecho es conocido como Efecto Diderot

Martin Barraud

Renovar una parte de la casa puede ser el inicio de una peligrosa cadena de gastos. Lo sabe bien una editora de compras y diseño que, tras encontrar un espejo de vitral perfecto en Facebook Marketplace, se vio reorganizando todo su dormitorio para que combinara con la nueva pieza. Su presupuesto no daba para una reforma completa, pero eso no la detuvo.
Lo que le ocurrió no es una mera falta de control: tiene nombre y explicación. Se trata del Efecto Diderot, un patrón que describe cómo una mejora en el hogar puede hacer que todo lo que la rodea parezca anticuado o descuidado, impulsando a realizar más compras para “igualar” la estética.
El término proviene del filósofo francés Denis Diderot, quien en 1769 escribió el ensayo Arrepentimientos por mi vieja bata, donde relataba cómo recibir una nueva bata escarlata le llevó a reemplazar el resto de sus pertenencias, cayendo en una espiral de gastos que acabó en deudas.
Según la diseñadora Jo Rich, de Raydoor, este efecto sigue tan vivo como en el siglo XVIII: “Después de instalar una vitrina elegante en mi cocina, todos mis utensilios parecían fuera de lugar. Terminé reemplazándolos para estar a la altura de la nueva pieza”.
Una reacción muy humana
El psicoterapeuta Daryl Appleton explica que este impulso tiene una base neurológica. La dopamina, el neurotransmisor asociado al placer, se activa con la novedad, y reorganizar el entorno en torno a un nuevo objeto genera una sensación de emoción y satisfacción momentánea.
El Dr. Alfonso Ferguson, terapeuta y diseñador de interiores, lo ve a menudo en sus clientes: un simple cojín nuevo puede llevar a cambiar el sofá, la alfombra, la mesa de centro e incluso pintar las paredes. “No siempre es malo querer que tu espacio crezca contigo, pero cuando se convierte en algo compulsivo es fácil entrar en un círculo vicioso”, advierte.
Cómo saber si estás atrapado en la espiral
La organizadora profesional Marie Watson sugiere algunas preguntas para detectar si se está cayendo en el Efecto Diderot:
- ¿Esta compra mejora mi vida o solo es estética?
- ¿Lo querría aunque nadie lo viera?
- ¿Espero que este objeto solucione algo más allá de lo visual?
Si a los pocos días de adquirir un artículo empiezas a buscar más cosas para “combinarlo”, quizá no se trate de necesidad, sino de coherencia visual forzada.
Cómo romper el círculo
Los expertos coinciden en que el primer paso es respetar un presupuesto y priorizar la intención sobre el impulso. Ferguson recomienda “encontrar la belleza en el contraste y la imperfección”, en lugar de ver cada compra como una excusa para sustituir todo lo demás.
Appleton propone la técnica de la “lista de tareas aplazadas”: apuntar posibles compras, pero no hacerlas de inmediato. Además, aconseja no seguir tendencias de forma obsesiva y apostar por estilos y paletas personales que no cambien cada temporada.




