El truco de la botella de agua enterrada para regar tus plantas cuando estés fuera de vacaciones de verano

Los amantes de la jardinería tienen una encrucijada durante estas fechas de verano, porque aunque aman sus plantas, también necesitan unos días de descanso y desconexión, tomando muchos de ellos las maletas y marchándose unos días, por lo que el cuidado de sus plantaciones es un problema. Hay quien recurre a pedírselo a algún familiar o amigo de confianza para que se acerque a su casa a, por lo menos, regarlas, pero si no tienen a quién pedírselo se encuentran entre la espada y la pared.

Sin embargo, como nos relatan en iefimerida, hay una técnica sencilla, económica e inteligente para paliar esta vicisitud. Esta no es otra que el método de la botella enterrada, el cuál se podría definir como una especie sistema de riego improvisado que proporciona agua de forma continua a las plantas, ya estén en macetas, jardineras o en el suelo. El medio mencionado nos dice que el truco está precisamente en su ubicación y la forma de aportar el líquido.

El flujo lento y continuo de agua sale cerca de las raíces de la planta a través de pequeños agujeros realizados en la botella para que esta no se evapore rápidamente, pero también para que no sufra por un riego excesivo. Así, una de sus ventajas es la precisión, pues el líquido se suministra a profundidad, donde están las raíces más activas, y así se promueve su crecimiento y que la planta sea más resistente a la sequía, desmarcándose de otras técnicas que lo que hacen es humedecer la superficie, principalmente.

La botella enterrada también evita el desperdicio de agua y previene la proliferación de malezas superficiales típicas de suelos húmedos. Y no es todo, sino que es un método barato. La opción más común y práctica es la de usar botella de plástico, pues es ligera, difícil de romper y muy fácil de perforar. Eso sí, nos indican que también es importante elegir el tamaño y la proporción adecuados a la especie y planta que se va a regar, dándonos unos consejos específicos:

• Plantas pequeñas: utilizar una botella de 500 ml que durará aproximadamente una semana.
• Plantas más grandes: se utiliza una de 1,5 litros que durarán entre 10 y 15 días.
• Plantas grandes en macetas o en un huerto: utilizar una botella de 2 litros o más grande que durará entre 7 y 12 días.

Cómo preparar la botella

Para la preparación tenemos dos opciones: perforar agujeros en el cuerpo o en el tapón, lo cual debemos decidir según las necesidades de cada planta. Teniendo en cuenta esta y el suelo, también se ajustará el flujo de agua con más o menos agujeros, así como elegir una colocación correcta, pues esta garantizará un suministro óptimo de agua durante la ausencia del jardinero. Como consejo adicional, desde iefimerida dicen que se haga un agujero en la zona radicular de la planta, pero no directamente en el tallo principal para evitar daños.

En cuanto a la profundidad, esta debe ser suficiente para mantener la botella estable y distribuir el agua en profundidad. Así pues, antes de colocarla, lo ideal es que la planta ya haya sido regada y la tierra esté húmeda, pero no debemos esperar hasta el día anterior a marcharnos para la instalación del sistema, sino que deberíamos hacerlo entre dos y tres días antes, porque habrá que comprobar si hemos realizado todos los pasos bien y si el nivel de agua baja correctamente.