Mercedes lanza una cruda alerta: "Esto podría significar el fin de la industria automovilística europea"
Con los cambios que se prevén y el contexto, saltan las alarmas
Ola Källenius, director general de Mercedes-Benz / picture alliance
A principios de 2023, en el Parlamento Europeo se aprobó la prohibición de vender coches y furgonetas de gasolina y diésel a partir de 2035, dando luz verde definitiva al acuerdo que ya había alcanzado con la Comisión y el Consejo, que era parte de la primera propuesta del programa 'Fit for 55', el cual busca la reducción del 55% de las emisiones para 2030. Entretanto, mientras se fueron posponiendo ciertas decisiones, la revisión del plan está prevista para el segundo semestre de este año, lo cual abre una vía para sus detractores.
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Como señalan en Autobahn, la industria automovilística europea ya se enfrenta a una demanda débil, una feroz competencia china y unas cifras decepcionantes de ventas de vehículos eléctricos, por lo que el tiempo les apremia. La alerta es tan grande que desde los grandes gigantes del sector han hecho declaraciones incendiarias y bastante contundentes en contra del plan de la Unión Europea (UE), como la que ha hecho recientemente el director general de Mercedes-Benz, Ola Källenius, que recogió el medio alemán mencionado.
Este señaló que esa política podría llevar al colapso total de la industria automovilística europea, manifestando que "nos estamos estrellando contra un muro". Källenius habló con en el periódico alemán Handelsblatt y exigió públicamente una revisión, así como lanzó la advertencia de que esa prohibición no solo afecta a su sector, sino que podría perjudicar gravemente la economía europea. Igualmente, dijo que están a favor de la reducción de emisiones, pero sin olvidar el resto de variables: "Por supuesto que debemos descarbonizar, pero debe hacerse de forma tecnológicamente neutral. No debemos perder de vista nuestra economía".
Amenazas y soluciones
Y mientras sigue el debate, ha aparecido un competidor enorme en el mercado: China. El auge de las marcas de automóviles chinas es una de las mayores preocupaciones para los fabricantes europeos consolidados, sobre todo con la aparición de empresas como BYD y Nio que están colocando sus modelos eléctricos de manera masiva con una tecnología muy avanzada a precios bastante asequibles. Este contexto no ayuda a los actores del viejo continente, que tienen una enorme presión sobre los precios y los márgenes de beneficio, y están obligados a realizar cuantiosas inversiones para virar su oferta hacia lo eléctrico.
La irrupción en el mercado de las marcas chinas baja el precio de los coches eléctricos y provocan que se dupliquen sus ventas
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Así lo explican en Autobahn, donde señalan que industria china está desarrollando una ventaja competitiva gracias a su gran cadena de suministro y el importante apoyo gubernamental, por lo que los fabricantes de automóviles creen que si la Unión Europea les obliga a realizar la transición completa a vehículos eléctricos antes de que el mercado esté preparado, su posición se debilitaría ante los nuevos y potentes competidores asiáticos, lo que conllevaría también la desaparición de empleos, experiencia tecnológica y cuota de mercado. Un efecto dominó de lo más preocupante.
Pero hay soluciones alternativas desde la industria europea. Källenius comentaba que la solución no es abandonar por completo los motores de combustión, sino adoptar un enfoque tecnológicamente neutro dando una oportunidad a otras tecnologías sostenibles, como los combustibles sintéticos (e-fuels), que pueden neutralizar las emisiones y así facilitar una transición más dulce hacia un futuro de cero emisiones. De lo contrario, según el director general de Mercedes, se acelerará el declive de uno de los sectores económicos clave de Europa.
