El tipo de agua que puede convertirse en un escondite para los microplásticos especialmente con el calor del verano
Dejar una botella de plástico expuesta a la luz solar directa puede tener consecuencias invisibles

Varias botellas de agua, en una máquina expendedora. / cofotoisme

Cada verano, los médicos insisten en la misma recomendación: mantenerse hidratados es esencial para sobrellevar el calor. Y aunque la mayoría recurre al agua embotellada como la opción más rápida y práctica, no siempre es la más segura.
¿Qué ocurre cuando el agua embotellada queda al sol?
Dejar una botella de plástico expuesta a la luz solar directa puede tener consecuencias invisibles para la salud. El calor hace que el plástico libere microplásticos y sustancias químicas que contaminan el agua.
Estos fragmentos son tan diminutos —más finos que un cabello humano— que pueden penetrar en órganos y tejidos al ser ingeridos. Expertos advierten que, con el tiempo, esta exposición puede provocar alteraciones hormonales, debilitamiento del sistema inmunitario y trastornos metabólicos.
Señales de alerta
Los especialistas recomiendan prestar atención a varios detalles que podrían indicar que el agua ya no es segura:
- Sabor u olor extraño
- Turbidez en el agua
- Deformación o ablandamiento del envase
Estos cambios pueden deberse a la liberación de BPA (bisfenol A), una sustancia química presente en los envases plásticos.
Riesgos asociados al BPA
Según la nutricionista Dani Lebovitz, fundadora de Kid Food Explorers, el consumo de BPA puede estar relacionado con:
- Problemas de fertilidad
- Disfunción tiroidea
- Alteraciones metabólicas
¿Cómo protegerse?
La mejor forma de evitar riesgos es no dejar las botellas expuestas al sol o en lugares muy calurosos, como el interior de un coche. Los expertos también aconsejan recurrir a botellas de vidrio o acero inoxidable reutilizables, que no liberan sustancias químicas con el calor.




