Se activa el plan del gigante de las cafeterías para deshacerse de los "ladrones de electricidad"
Una nueva tendencia que puede tener consecuencias en los establecimientos

Starbucks / Atlantide Phototravel

Escribían en Fortune que el mercado laboral surcoreano y la transición al teletrabajo comenzó durante la pandemia del coronavirus, lo que provocó una oleada de empleados llevando a cabo sus labores desde casa, pero conforme fueron saliendo de esa situación de emergencia sanitaria y fueron volviendo a la oficina, las restricciones gubernamentales para la reurbanización limitaron el espacio disponible para que las empresas instalaran a sus empleados, especialmente en Seúl, la capital de Corea del Sur, pues los precios de los alquileres se dispararon. Por ello, se relajó la presencialidad.
Como las empresas no consiguen encontrar lugares asequibles y costear espacios de oficina, se ha llegado a permitir que los empleados trabajen en espacios de trabajo compartido de terceros o de forma remota, como explicaba Jo Elfving-Hwang, profesor asociado de sociedad y cultura coreana en la Universidad de Curtin en Australia, lo que ha propiciado que muchos de ellos gusten de trabajar en lugares públicos, como las cafeterías: "La gente empezó a trabajar más desde casa y las empresas descubrieron que no necesitaban necesariamente un espacio"
"Parte de la razón es que se ha vuelto más común que muchas empresas hayan descubierto que no precisaban necesariamente de una oficina propia", decía Elfving-Hwang, quien recalcaba que la posibilidad de ir a un sitio público "es una forma bastante barata de trabajar. Puedes ir a tomarte un café y trabajar allí", aunque aseguraba que "hoy en día la gente lo está llevando un poco al extremo". La afluencia de trabajadores en estos establecimientos ha llevado a que algunas empresas tomen cartas en el asunto, porque llegan incluso a instalarse como si de una oficina personal se tratase, todo con una simple consumición.
Los "ladrones de electricidad"
¿Te imaginas llegar a un local y ver a una persona con un ordenador de escritorio y una impresora en una mesa? Pues eso es lo que aseguran en el artículo que está ocurriendo en este país. Y una de las empresas que más lo está experimentando es Starbucks Corea del Sur, lo que ha llevado a prohibir a los clientes traer grandes piezas de equipo de trabajo, actualizando su política para que todos los clientes tengan una experiencia agradable y accesible en sus tiendas. Aceptan portátiles y dispositivos personales pequeños, pero piden que se abstengan de llevar computadoras de escritorio, impresoras u otros artículos grandes que puedan limitar el espacio compartido, como le dijo un portavoz de la empresa a Fortune.

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El cambio de política de la compañía fue recogido en un primer momento por Korea Herald, donde apuntaban que se posicionan contra los cagongjok, término con el que definen a las personas que pasan largos periodos trabajando en cafeterías y que viene compuesta por las palabras coreanas 'café', 'estudio' y 'tribu'. Desde la famosa cadena de cafeterías apuntan que están en la línea de convertirse en un acogedor tercer espacio, pero con ciertas limitaciones. Igualmente, es algo que afecta a otras empresas más pequeñas, que en ocasiones son menos comprensivas si cabe. Con el cambio de la cultura laboral, estos han definido a los cagongjok como "ladrones de electricidad".
Están molestos con aquellos clientes que se quedan trabajando en sus negocios durante horas mientras toman solo una taza de café en ese tiempo, ocupando un espacio que limita la llegada de otras personas. De tal forma, el término cagongjok ha comenzado a adquirir un significado peyorativo, a pesar de que Corea del Sur tiene una gran cultura de salón de té, como afirmaba Young-Key Kim-Renaud, profesor emérito de lengua y cultura coreana y asuntos internacionales en la Universidad George Washington, pero la nueva tendencia hace que ese gusto haya convertido estos lugares de ocio en centros de trabajo para clientes.




