Un jubilado abre Facebook tras la medianoche y topa con un mensaje raro: "¿Perdiste tu cartera hace años?"

Un operario jubilado de Ford en Michigan miró, pasada la medianoche, un mensaje de Facebook de un desconocido: “¿Perdiste tu cartera hace años?”

“Si fue así”, escribió un hombre de Minnesota, “estaba en el compartimento del motor de un coche”.

Richard Guilford no podía creer lo que estaba leyendo en su teléfono: un misterio de más de una década acababa de resolverse de forma insólita. La cartera de cuero de Guilford —con 15 €, una licencia de conducir, una identificación del trabajo, tarjetas regalo valoradas en 275 € y boletos de lotería— apareció bajo el capó de un Ford Edge en un taller de reparación en Lake Crystal, Minnesota.

Un regalo de Navidad de sus hijos volvió a convertirse, de repente, en un tesoro familiar. “Big Red”, como le llamaban cariñosamente en la fábrica de Ford, estaba asombrado: “Te devuelve la fe en la humanidad que alguien diga: ‘Oye, perdiste esto, lo encontré y te lo devuelvo”, dijo Guilford.

La cartera fue descubierta en junio por el mecánico Chad Volk, encajada entre la transmisión y la caja del filtro de aire de un Ford Edge de 2015 con unos 243.000 kilómetros. “Es una locura”, comentó Volk.

Retrocedamos a 2014, cerca de Navidad. Guilford trabajaba en el mismo modelo en la planta de Ford en Wayne, Michigan. Formaba parte de una lista de vehículos nuevos ensamblados en otros lugares que necesitaban reparaciones eléctricas antes de enviarse a los concesionarios.

En algún momento, se le cayó la cartera del bolsillo de la camisa. Estaba seguro de haberla perdido en un coche, pero pensó que había sido en un Ford Flex, no en un Edge, y mucho menos en el motor.

Revisó entre 30 y 40 vehículos, y sus compañeros miraron docenas más, pero sin éxito.“No puedo dedicarle demasiado tiempo a buscar, tenía que trabajar”, recuerda. “La vida siguió”.

Guilford, de 56 años, se jubiló en 2024 tras casi 35 años en Ford.Ya había olvidado la cartera, hasta que recibió el mensaje de Volk con la foto de su licencia de conducir, donde se veía una versión más joven de sí mismo con su barba rojiza.

“Lo más sorprendente es que estuviera tan protegida”, señaló. “Pensadlo: 11 años ahí, con lluvia, nieve… Estaba en Minnesota, ¡por Dios! Y en Arizona cuando lo compré, con el calor del motor. Es increíble”.

Ford calificó el hallazgo como “una reparación que dio en el clavo” y la propia tienda Cabela’s confirmó que las tarjetas regalo de 250 € seguían siendo válidas, incluso le ofreció otras nuevas.

Los números de los boletos de lotería, en cambio, se habían borrado hacía mucho tiempo.

Guilford tiene claro su destino: “Voy a dejarlo todo tal cual y se quedará en casa, en el aparador, para mis hijos. Ellos podrán contárselo a mis nietos y bisnietos. Nos encantan las historias, y esta merece ser contada", concluye.